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Fue promulgada ayer en el Boletín Oficial la ley que crea la empresa estatal de energía Enarsa, habilitándola a operar en el mercado de los hidrocarburos y la electricidad. Hacia el fin de la misma jornada, Néstor Kirchner estuvo a punto de firmar el convenio con la Transportadora de Gas del Sur, consorcio liderado por Petrobras, para ampliar el gasoducto San Martín, encuentro que tendrá lugar hoy.
Con un 53 por ciento de acciones en manos del Estado, Enarsa surge con una conformación muy sui generis: en virtud de cambios introducidos por el Congreso, será una sociedad anónima de derecho privado que, sin embargo, estará sometida a los controles de la Sindicatura General de la Nación y de la Auditoría General de la Nación, en los términos previstos por la Ley de Administración Financiera. Otro 12 por ciento del capital estará en manos de las provincias y el resto cotizará en Bolsa, según prevé la ley.
Por la noche, directivos de TGS esperaron al Presidente para firmar el acuerdo que permita ampliar la capacidad operativa del gasoducto San Martín, pero cuestiones de agenda frustraron el cónclave. Esta misión demandaría alrededor de 200 millones de dólares que el consorcio estaría dispuesto a invertir a condición de recuperarlo por la vía de una mejora tarifaria, en principio sobre los consumos industriales y con el previo apoyo del Bndes brasileño.