ECONOMíA › EL CANJE SE LANZA EN EL MINISTERIO DE ECONOMIA

Para esquivar a los bonistas

Por Claudio Zlotnik

Roberto Lavagna prefirió jugar de local en el lanzamiento del canje de la deuda. El inicio de la gira promocional ante los acreedores se llevará a cabo en el Ministerio de Economía y no en el edificio de la Bolsa de Comercio, como estaba pautado hasta ahora. La fecha se mantuvo sin cambios: será el próximo miércoles a una hora a confirmar. La decisión de mudar el escenario de la presentación, lo mismo que mantener en secreto la hora de la cita, forma parte de la misma estrategia: evitar la irrupción de los bonistas enojados por la quita. Lavagna resolvió la manera de esquivar a los inversores revoltosos, pero ahora puso la lupa en el comportamiento de los mercados financieros, en los que aparecieron turbulencias a sólo seis días del puntapié inicial del canje.
Esa agitación está relacionada con la economía de los Estados Unidos y afecta a los mercados emergentes. Ayer, los bonos argentinos cayeron entre 2,0 y 2,5 por ciento, y en la misma proporción bajaron los títulos públicos brasileños y de otros países latinoamericanos, como Chile, México, Colombia y Perú. Una tendencia similar se notó con las acciones: el índice MerVal perdió un 2,4 por ciento, mientras que en México la baja fue de 1,5 por ciento, en Chile del 0,8 y en Brasil del 0,6 por ciento.
Algunos financistas temen que este ajuste, que ayer se acentuó pero que comenzó la semana pasada, ponga piedras en la reestructuración de la deuda. Si la aversión de los inversores a los mercados emergentes se profundiza, la adhesión al canje podría ser menor a la esperada.
La caída de los mercados se explica por la salida de los inversores internacionales, que se deshicieron de parte de su cartera en los emergentes ante el temor de que Estados Unidos acelere la suba de la tasa de interés. Esa posibilidad la dejó picando Alan Greenspan durante la última reunión de la Reserva Federal, ocurrida hace algunas semanas, pero cuyos detalles acaban de divulgarse.
El cuco del equipo económico es la tasa implícita del bono a 10 años del Tesoro estadounidense. Es el que le sirve a la administración Bush para financiar el fuerte déficit en sus cuentas públicas. Por ese motivo, una turbulencia en los mercados impacta en el precio del bono y, por lo tanto, en su tasa de interés. La suba en el rendimiento de ese título atrae a los inversores internacionales que, por el contrario, retraen su apetito por los activos más riesgosos, como los títulos de deuda argentinos. En esta competencia, si los bonos estadounidenses rinden más, la oferta de Lavagna pierde atractivo. La tasa del bono a 10 años de Estados Unidos cerró ayer en 4,29 por ciento anual, contra 4,05 por ciento de mediados de diciembre pasado. No obstante, en algunos bancos le quitaron dramatismo a la situación: “Esa tasa trepó a 4,36 por ciento a fines de noviembre y llegó a 4,40 a principios de diciembre. Nadie espera que rompa esa barrera en el corto plazo, que es cuando se realizará el canje de la deuda”, tranquilizó un operador en diálogo con este diario.
Para tener más elementos sobre lo que puede suceder en los mercados, los financistas están atentos a los próximos indicadores económicos en Estados Unidos. En especial al de mañana, cuando se conocerá el dato sobre la creación de puestos de trabajo. Si el resultado de ese indicador supera las expectativas de los analistas es probable que se profundicen la huida de los mercados emergentes. La lectura del mercado sería que va a aumentar la inflación y también las tasas de interés.

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