ECONOMíA › LA ADHESION AL CANJE SUPERA EL 35 POR CIENTO
Lo que le sobra es confianza
Lavagna recién mostró ayer el dato sobre la adhesión de los minoristas. Aseguró que no habrá prórroga de la fecha de cierre.
El ministro de Economía, Roberto Lavagna, adelantó las cifras parciales del avance del canje de deuda y dio un brusco giro sobre las perspectivas de los analistas del mercado financiero. Confirmó que la adhesión a la reestructuración ya llega al 35 por ciento del total, valor que fue adelantado por Página/12 el último sábado, y que supera las expectativas del Gobierno en un 25 por ciento. Pero la sorpresa vino por el lado de las suscripciones para el bono par, cuya oferta ya estaría cubierta en alrededor del 90 por ciento, mientras que la demanda por el cuasi par ya se encuentra excedida.
En declaraciones realizadas a un programa de cable, el ministro corrigió las especulaciones sobre la supuesta mala performance de la operación. Hasta este fin de semana, el grueso de los analistas del mercado, sobre la base de los retazos de información que, cuando lo decide, deja trascender el Ministerio de Economía y en menor medida el personal de los agentes contratados para la operación, había llegado a la conclusión de que el Bono Par era uno de los títulos menos preferidos por quienes ingresaban al canje. El viernes pasado no fueron pocos quienes hablaron de una adhesión apenas superior al 15 por ciento. La “racionalidad” de las consultoras hablaba de minoristas desprendiéndose de la deuda elegible (los viejos bonos) en favor de inversores institucionales. Estas mismas consultoras afirmaban que, a pesar de la baja demanda del Par, en el mercado existían muy buenas perspectivas sobre la evolución de la operación.
El dato de 35 por ciento de demanda sobre el total de los nuevos bonos y del 90 por ciento sobre el par confirmado por Lavagna es un resultado superior al esperado por el mismo gobierno, que reconoció que sus expectativas para el cierre temprano del pasado viernes 4 estaban un 25 por ciento abajo. Lavagna sostuvo que los dos últimos días se recibió un gran número de solicitudes de Europa y Estados Unidos, lo que llevó al Bank of New York a hacer uso de la cláusula que permite retrasar hasta 3 días el resultado de las operaciones.
Luego de la decisión de Lavagna de adelantar parcialmente el resultado del cierre temprano, fuentes de la Secretaría de Finanzas dijeron a Página/12 que, hasta el pasado miércoles, las planillas resumen que entregan el Bank of New York y la Caja de Valores hablaban del ingreso de solicitudes por el Par en torno a los 4000 millones de dólares sobre 10 mil a emitir. También, que el viernes se daba por descontado un ingreso superior a los 8000 millones. Las cifras “provisorias” de más “del 90 por ciento” significan que ya habían entrado 9000 millones, a lo que debe sumarse una demanda en exceso sobre los 11.800 millones de los Cuasi par. Si se considera que la deuda elegible es de 81.800 millones de dólares, el 35 por ciento ya alcanzado significa solicitudes por más de 28.600 millones. El ministro agregó que esto ya deja en regla al 50 por ciento de la deuda, e insistió en que la meta del Gobierno es llegar “a los dos tercios”.
Al ser consultado por el efecto de la ley que se apresta a sancionar Diputados y que pone límites a la mejora de la oferta, el ministro aprovechó para criticar las especulaciones sobre una eventual prórroga en los plazos o una mejora de la oferta. Esto, dijo, forma parte “de un tironeo permanente” con quienes “parece que se regodearan con la posibilidad de que a la Argentina le vaya mal”. En esta línea, se quejó por el “show radial y periodístico” de especulaciones cuando todavía no se conocían las cifras definitivas. Especulaciones que provienen “de la misma gente que en los últimos 12 años nunca preguntaron nada sobre la deuda” mientras se emitían bonos por 90 mil millones de dólares.
Sobre la ley, dijo que su función será devolverle al Congreso atribuciones que éste le había delegado al Ejecutivo durante la crisis. En este punto, Lavagna insistió en que sólo se ocupará de la reestructuración hasta el próximo 25 de febrero, cuando cierre el canje. Sostuvo que “en adelante habrá que tratar con el Congreso”. La afirmación puede ser interpretada como una clara señal al FMI una vez que el canje esté cerrado. En adelante, ante las presiones del Fondo de pagar más a los acreedores, el Ejecutivo podrá ampararse en la legislación nacional para rechazar las demandas.
En relación a la organización italiana que en Roma demandó a la Consob y a la Justicia una medida cautelar que suspenda la continuidad del canje, debido a la existencia de la nueva ley, sostuvo que dicha ley dice “lo mismo que el prospecto traducido a 6 idiomas, entre ellos el italiano: dice que los bonos que no entren al canje podrán quedar permanentemente en default”.
En plan de evitar la continuidad de las especulaciones durante las próximas tres semanas, Lavagna adelantó que las ofertas en este lapso provendrán fundamentalmente de inversores sofisticados, quienes entrarán al canje recién en los últimos días. La razón es que no está en la lógica de estos inversores mantener fondos inmovilizados. “Un inversor institucional nunca va a dejar bloqueadas sus tenencias”, aseguró. Esto significa que las próximas dos semanas serán de mucha tranquilidad.
Manteniendo su tono distendido, aunque sin dejar de ser sarcástico, el ministro criticó a los políticos que dicen “lo mismo que el FMI”. La pregunta periodística había sido por su opinión sobre las declaraciones de la líder del ARI, Elisa Carrió, quien había sostenido que no podría considerarse que el país saldría del default con una adhesión menor al 80 por ciento.