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Si algo faltaba para alimentar más el riesgo inflacionario, era que se produjera un impulso externo. El crudo volvió a alcanzar ayer un precio record en el mercado internacional y ya tuvo su reflejo local: la empresa Shell, que refina pero no produce petróleo en el país, aumentó sus naftas a partir de anoche de cinco a siete centavos por litro. Esto es, en torno al 3 por ciento. Un salto al que ya el mercado se había desacostumbrado.
El precio del petróleo alcanzó ayer un nuevo record histórico en Londres y subió con fuerza en Nueva York, como respuesta a un discurso del presidente estadounidense George W. Bush considerado agresivo hacia Oriente Medio, según la interpretación hecha por los comentaristas del mercado. La nueva tensión en la principal región exportadora de crudo se suma a las especulaciones en torno a un estrangulamiento del recurso en un futuro no tan lejano, debido a la creciente demanda de los países industrializados, dependientes en su mayoría de la importación.
En Londres, el barril tipo Brent del Mar del Norte llegó a 53,15 dólares, superando en 15 centavos su marca del 3 de marzo. En Nueva York las cotizaciones del petróleo crudo llegaron a superar este martes por algunos momentos el nivel de 55 dólares acercándose a su record, antes de cerrar a 54,59 dólares, una nueva marca desde octubre de 2004. Entre las causas de la nueva suba, los analistas coinciden en enumerar, además de la incertidumbre en el Medio Oriente, las bajas temperaturas, la debilidad del dólar y las perspectivas de mantenimiento de restricciones a la producción por parte de los países miembros de la OPEP.
En Argentina, en tanto, desde la medianoche los surtidores de Shell empezaban a reflejar el impacto local de este aumento internacional del hidrocarburo. Las naftas de mayor octanaje que comercializa la empresa anglo-holandesa en el mercado doméstico, V-Power, pasó a cobrarse 2,069 pesos por litro, 3,5 por ciento más que su precio anterior (1,999). La súper se encareció de 1,889 a 1,939 pesos (2,6 por ciento) y la común, de 1,699 a 1,749 pesos (2,9 por ciento). Los aumentos más sensibles se produjeron en el Puro Diésel (4,2 por ciento) y en el Gas Oil standard, cuyo precio por litro sube de 1,419 a 1,479 pesos, con idéntico incremento al sufrido por el diésel.
Como si se tratara de una advertencia de que este ajuste no será el último, Shell argumentó a través de una comunicación empresaria que la suba “es un reflejo parcial de la sostenida alza que está experimentado el costo de la materia prima, el petróleo crudo”. Las otras petroleras que comercializan combustibles en el país todavía no definieron una posición, aunque se estima que Esso, al menos, imitará la política de Shell. En el caso de Petrobras y Repsol, se cree que solamente un acuerdo político desde el Gobierno podría evitar que se plieguen al incremento. Ambas, a pesar de que extraen crudo en el país, son fuertes jugadoras en el mercado mundial.