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Sin primeras marcas ni grandes cadenas, salió la canasta solidaria

Fue un triunfo parcial de Patricia Vaca Narvaja. La canasta se compone de diez productos alimenticios y cinco de limpieza, con descuentos del diez por ciento. Pero no será sencillo encontrarla.

 Por David Cufré

Medio kilo de yerba a 1,30 peso, un kilo de arroz a 1,10 y una botella de aceite a 1,95 son algunas de las ofertas que integran la Canasta Solidaria, la nueva iniciativa del Gobierno para mantener la inflación bajo control. Tal como reveló Página/12, se trata de un conjunto de bienes esenciales a precios rebajados. Son en total diez productos alimenticios y cinco artículos de limpieza y tocador, que pueden conseguirse a un valor total de 14,55 pesos (ver cuadro). La subsecretaria de Defensa del Consumidor, Patricia Vaca Narvaja, concretó ayer el lanzamiento de la medida, rodeada de los comerciantes minoristas y mayoristas que adhirieron a la propuesta. Los grandes ausentes fueron los industriales de la alimentación y los supermercados, que a último momento retiraron su apoyo a la campaña. De ese sector, sólo se sumó Wal Mart con un plan propio.
A pesar de las deserciones, unos 12.000 comercios de la Capital Federal y el conurbano bonaerense pondrán a disposición del público los bienes de la canasta. Los consumidores tendrán la opción de adquirir los productos por separado, sin necesidad de llevarlos todos en cada oportunidad. Los descuentos oscilan entre 10 y 11 por ciento y estarán vigentes por 90 días, salvo que se produzca una inesperada escalada inflacionaria. Así lo acordó el Gobierno con tres grandes asociaciones: la Federación de Autoservicios, Supermercadistas, Polirrubros y Almaceneros de Buenos Aires (FABA), la Cámara de Mayoristas (Cadam) y el grupo de autoservicios Delta. Los comerciantes aclararon que necesitarán alrededor de una semana para implementar las rebajas. El público podrá identificar los negocios adheridos por dos carteles que pegarán en el frente de sus locales: uno de FABA y el otro de Defensa del Consumidor y Presidencia de la Nación, que dirá que “este negocio se solidariza con el bolsillo del consumidor y la economía del país”. Vaca Narvaja comentó a Página/12 que no se convocará a un boicot contra los grandes supermercados y las principales empresas de la alimentación que se negaron a participar, pero “sí pediremos a los consumidores que premien con su compra a quienes muestran un compromiso solidario”.
Los productos ofrecidos serán de segundas marcas y podrán variar de comercio en comercio. “Lo que aseguramos es que se respete un estándar de calidad, pero seremos flexibles con las marcas para asegurar el abastecimiento”, explicó Vaca Narvaja. También dijo que el principal objetivo del programa es facilitar el acceso de los sectores de menores ingresos a un conjunto de productos básicos. Para quien compre toda la canasta, el ahorro es de 1,5 peso respecto de los precios vigentes en esos mismos negocios. “Para algunos podrá ser poco, pero hay que ponerse en el lugar de quienes ganan 150 o 200 pesos por mes”, valoró la funcionaria. Otro mérito del plan, aseguró, es evitar reajustes en un contexto de recalentamiento inflacionario.
El Gobierno tiene la expectativa de que los precios pactados con los pequeños comercios se conviertan en referencia para los demás, incluidos los supermercados. Alberto Guida, presidente de la Cámara de Mayoristas, señaló que “la presión será de abajo para arriba”. Enrique Salvador, representante de los almaceneros, coincidió en el pronóstico de que otros distribuidores terminarán ofreciendo los productos a valores similares. Entre ellos estarían los pequeños supermercados barriales, muchos de ellos en manos de comerciantes de origen asiático, que no participan en las entidades que agrupan a almaceneros o supermercadistas.
En principio, la campaña tendrá mayor repercusión en el conurbano bonaerense, dado que allí está el mayor número de afiliados a FABA. Para mejorar la penetración en la Capital Federal, el Gobierno llegó a un acuerdo con la administración de Aníbal Ibarra para que la canasta se ofrezca en los comercios adheridos al programa Vale Ciudad, al que ya acceden unas 20 mil familias. Autoridades de la provincia y de la ciudades tuvieron presentes ayer en el lanzamiento de la canasta, junto a representantes de la CGT y de las asociaciones de consumidores.
Todos ellos criticaron duramente a los industriales y a los supermercados que retacearon su apoyo. “Es una situación lamentable”, atacó Vaca Narvaja, quien reprochó que “dos cadenas que hacen permanentes publicidades de grandes ofertas, como Coto y Carrefour, aumentaron los precios de 42 productos de la canasta básica entre 14 y 15 por ciento en lo que va del año” y, con ello, “fueron los que más subieron”.
Cerca de la funcionaria atribuyeron al Ministerio de Economía la responsabilidad del rechazo de la industria, puesto que la cartera de Roberto Lavagna habría hecho un guiño a la Copal (cámara de la alimentación) para que boicoteara la medida. Sería en respuesta a las críticas que surgieron desde Defensa del Consumidor a los acuerdos para rebajar los precios de carnes, pollos y lácteos, operados por el secretario de Agricultura, Miguel Campos, quien responde al jefe del Palacio de Hacienda.

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Patricia Vaca Narvaja, subsecretaria de Defensa del Consumidor. La canasta de la alegría.
 
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