ECONOMíA
Madura el acuerdo
Ayer, mientras se desarrollaban las Jornadas Monetarias y Bancarias, en los pasillos del Banco Central daban algo por seguro: que la Argentina y el Fondo Monetario firmarán un nuevo acuerdo antes de las elecciones. Más precisamente durante julio. La especulación, contraria a las expectativas que lanzan desde la propia Casa Rosada, se fundamenta en una razón: que tanto al Gobierno como al staff del FMI les conviene llegar a un pacto que despeje el horizonte financiero. Al Fondo le permitiría mostrar que la Argentina sigue bajando su exposición ya que sólo se refinanciaría el 70 por ciento de los vencimientos del próximo año. El resto se iría pagando en efectivo. El acuerdo sería a un año de plazo y el organismo no devolvería ni un dólar de los que la Argentina giró desde que se cayó el último acuerdo, hace un año.
Varios financistas con llegada al FMI comentaban ayer que la relación comenzaría a destrabarse en junio, cuando el staff analice el caso argentino. Y que, a pesar de sus declaraciones rimbombantes, Rodrigo Rato se querrá apresurar a firmar el acuerdo, que contendría un párrafo sobre los holdouts que rechazaron el canje y sobre las negociaciones con las privatizadas.