ECONOMíA
Crecen las ventas, pero más las compras externas
El superávit comercial se redujo en más de 500 millones de dólares respecto del primer cuatrimestre de 2004. Es por el fuerte crecimiento de las importaciones y por la baja en el precio de los bienes exportados.
Los datos del intercambio comercial argentino difundidos ayer por el Indec confirman que el país se consolida como exportador primario. Exactamente el 70 por ciento de sus ventas al exterior fue, durante los primeros cuatro meses del año, de base primaria. A pesar del fuerte aumento de las exportaciones, que se expandieron el 15 por ciento en el mismo período, el aumento del 32 por ciento en las importaciones redujo el superávit comercial en un 12 por ciento. Si la medición se reduce al mes de abril, se destaca el aumento interanual de las ventas al exterior en un 17 por ciento.
El dato más significativo fue que durante el primer cuatrimestre del año continuó reduciéndose el superávit comercial. Las exportaciones fueron de 11.926 millones de dólares contra importaciones de 8331 millones, con lo que el superávit quedó en 3595 millones. Si bien el número no generará mayores preocupaciones durante 2005, en el mediano plazo representa una tendencia negativa, pues se trata de los recursos genuinos para hacer frente a las crecientes obligaciones con el exterior. Mal que le pese al Ministerio de Economía, la constante merma del superávit representa un claro “factor de inestabilidad” del modelo.
A la vez, el proceso se retroalimenta por la baja de los precios de las exportaciones en relación con las importaciones (deterioro de los términos del intercambio), proceso agravado por el proteccionismo y los subsidios de los países centrales, que deprimen los precios internacionales de estos últimos bienes.
Salvo rubros que experimentan alzas excepcionales en el mercado internacional, como Combustibles y Energía, con precios 26 por ciento más altos que durante el primer cuatrimestre de 2004, todos los precios de los bienes de base primaria exportados cayeron significativamente. Los aumentos en valor absoluto de sus ventas se explicaron exclusivamente por el fuerte aumento de las cantidades. En Productos Primarios las cantidades vendidas aumentaron el 26 por ciento, mientras que los precios cayeron el 16 por ciento.
Menos contundente, la relación fue similar para las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), cuyas cantidades exportadas aumentaron 17 por ciento contra caídas de precios del 13 por ciento. Las Manufacturas de Origen Industrial, en cambio, mostraron tanto aumentos de precios (18 por ciento) como de cantidades (27 por ciento). Un dato que normalmente no se detalla es la baja complejidad productiva –y por lo tanto el menor valor agregado– de una porción de estas MOI, que también tienen un fuerte componente de recursos naturales, como las industrias metálicas básicas y, en menor medida, la siderurgia.
Otra parte de las exportaciones industriales se origina en el sector automotor, cuyo rasgo característico es la alta integración productiva con Brasil, con el que la balanza deficitaria se compensa gracias a las exportaciones a Chile y México. El paquete de exportables lo completan la industria química, fundamentalmente agroquímicos, y las materias plásticas, principalmente, polietileno y envases.
Por el lado de las importaciones, los precios registraron un aumento del 10 por ciento que se sumó al 19 por ciento de las cantidades, subas de las que resultó el citado aumento absoluto del 32 por ciento. De este total, el 40 por ciento fueron bienes intermedios, el 23 bienes de capital, el 16 piezas y accesorios para bienes de capital y el 5 por ciento vehículos automotores. Por último, un 11 por ciento correspondió a bienes de consumo y el 5 por ciento a combustibles. Llama la atención que el Indec no presente el mismo nivel de detalle en la descripción de las compras al exterior que de las ventas. Si así fuese, se vería que el rubro bienes de capital se compone sólo minoritariamente de maquinaria.