ECONOMíA › SIN COLECTIVOS DOMINGOS, FERIADOS Y A LA MADRUGADA
La opción será la bicicleta
“El servicio de colectivos terminará a las 23 los días de semana y arrancará de nuevo a las 4; y los domingos y feriados no habrá servicio en todo el día”, advirtió Norberto Canegallo, secretario de la Federación Argentina de Transporte Automotor de Pasajeros (FATAP). Las cámaras empresarias del sector se reunieron ayer y anunciaron las medidas de fuerza, que amenazan con provocar un caos entre los sufridos pasajeros. El plan de lucha arrancará el próximo domingo, salvo que el Gobierno ofrezca alguna solución a sus reclamos.
Lo usual es que ante la advertencia de los transportistas de que afectarán los servicios se inicie una negociación con el Gobierno, que neutraliza el lock out. Los empresarios hicieron el primer movimiento, ahora habrá que ver si la Secretaría de Transporte consigue convencerlos de que la levanten. La tarea presenta un obstáculo adicional: los dueños de los colectivos llegaron a un acuerdo para interrumpir los servicios por el incumplimiento del Gobierno de un acuerdo anterior.
A través de un comunicado, las cámaras empresarias mencionan que “ante la falta de implementación efectiva de las medidas de compensación por el aumento de insumos por parte de las autoridades nacionales, nos vemos obligados a efectuar una racionalización de las prestaciones”. Y agrega que la reducción de los servicios obedece al “continuo y persistente incremento de precios de los insumos de la actividad que superan el 200 por ciento, y especialmente un insumo básico como el gasoil, cuyo precio final aumentó más de un 80 por ciento”.
Hace dos meses los transportistas habían amenazado con una racionalización del servicio que provocaría unos 10 mil despidos en el sector. El sindicato de choferes contestó con la advertencia de que ante el primer despido se declararían en huelga. Pero la sangre no llegó al río. El Gobierno ofreció distintos mecanismos para compensar a las compañías, especialmente por la suba del gasoil, pero la continuidad de los aumentos del combustible terminaron por diluir las ventajas. Ahora los empresarios vuelven a la carga con un plan de lucha mucho más agresivo.