ECONOMíA
China movió el tablero
Por Claudio Scaletta
El Banco Central chino revaluó el yuan un 2,1 por ciento y avanzó de un sistema de tipo de cambio fijo a otro de semiconvertibilidad respecto de una canasta de monedas, que no fue especificada, y a la que se agregó un sistema de flotación sucia entre bandas del 0,3 por ciento. La medida fue bien recibida por los países del G-7 y el FMI, quienes habían insistido en que la potencia asiática comience la revaluación de su moneda. Estados Unidos espera que con esto empiece a disminuir su déficit comercial, mientras que muchos analistas interpretaron la revaluación como un futuro aumento de la capacidad de importar china, lo que podría ser positivo para proveedores de materias primas como la Argentina. En sentido contrario, podría actuar el posible aumento de las tasas en dólares por el cambio de composición en las reservas asiáticas y el flujo de capitales hacia dicha región por las expectativas de continuidad de la revaluación. Los mercados internacionales pueden haber dado ayer la primera señal: el dólar y los bonos del Tesoro estadounidense perdieron valor, y el yen y el euro ganaron.
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, celebró la decisión. “Es el tipo de medida que se querría tomar tras una década de cambio fijo, creo que han sido prudentes”, reflexionó. No obstante, Greenspan espera que se trate del “primer paso de una serie de ajustes futuros a medida que incrementen su participación en los mercados comerciales mundiales”. Para el secretario del Tesoro, John Snow, la decisión china “será una contribución importante a la estabilidad mundial”. El vocero del FMI, Thomas Dawson, sostuvo que el organismo alentaba “a las autoridades chinas a utilizar plenamente todas las posibilidades de flexibilidad ofrecidas por el nuevo régimen de cambio”.
El anuncio del Banco del Pueblo de China llevó la paridad de 8,28 a 8,11 yuanes por dólar. Para los analistas internacionales, el dato clave es que se eligió un enfoque gradualista. Descuentan que en el futuro existirá una ampliación moderada de la banda de flotación desde el 0,3 por ciento anunciado ayer hasta un 2 o 3 por ciento, lo que se sumará a la revaluación de las monedas de la nueva canasta con relación al dólar.
Aunque en términos cuantitativos la revaluación no deja de ser simbólica –mantener la vieja cotización se estaba volviendo políticamente insostenible–, la medida tendrá efectos de mediano plazo sobre la economía real, reduciendo muy parcialmente el déficit comercial estadounidense, que se explica en buena parte por las exportaciones de sus multinacionales desde el bloque asiático. Pero los primeros en responder, por su propia naturaleza, serán los mercados financieros. La expectativa de continuidad de la revaluación provocará una gran demanda de activos chinos, generando un aluvión de capitales y obligando a las autoridades monetarias a una fuerte intervención, quizá mayor a la prevista.
Los bancos internacionales creen que la revaluación se extenderá a todas las monedas del bloque asiático, lo que permite predecir una continuidad del alza de las tasas de interés de Estados Unidos, que necesitará retener recursos. Esto es: aumentará el costo del endeudamiento en dólares. En el caso argentino, este efecto financiero negativo podría verse compensado por la mayor demanda de materias primas.
China es, después de Japón, el segundo tenedor externo de bonos del Tesoro. El economista Alejandro Vanoli cree que la nueva canasta puede provocar una menor demanda de deuda y moneda estadounidense a favor del euro y el yen. Se trata de una mala noticia para Japón y Europa en términos de competitividad aunque, como destaca el economista Alejandro Marcó del Pont, no debe olvidarse que el nivel de revaluación es marginal y, en consecuencia, los efectos se sientan más sobre los mercados financieros, sensibles a las expectativas, que sobre los reales. Si se considera que el déficit comercial estadounidense pasó de 10 mil a 60 mil millones de dólares mensuales en la última década, no cabe prever que una revaluación marginal del yuan lo reduzca sensiblemente.