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La estabilización del crecimiento de las exportaciones (14 al 16 por ciento anual) contra un ritmo de aumento de las importaciones aún vertiginoso (32 al 33 por ciento) va estrechando el saldo favorable del intercambio comercial. No es el único aspecto que despierta cierta preocupación en el futuro del comercio exterior: los productos primarios siguen prevaleciendo en la composición de las ventas externas, pero con precios en franco descenso. Harina y pellets de soja, porotos de soja, petróleo crudo, aceite de soja y trigo resultaron, significativamente, los cinco principales renglones de exportación en el primer semestre. El modelo industrial exportador se demora en aparecer en las estadísticas.
Los números fríos difundidos ayer por el Indec indican 3416 millones de dólares exportados en junio, 2724 millones importados y un saldo favorable acumulado en los seis primeros meses de 5489 millones de dólares. Las ventas externas crecen, pero las compras crecen más, por lo que el saldo de la balanza viene disminuyendo, de mil millones mensuales en promedio el año pasado a menos de 700 millones en junio último.
Las exportaciones de productos primarios aumentaron en junio, en volúmenes, casi a la par de la suba de las importaciones (34 por ciento), pero la caída de los precios internacionales (9 por ciento) redujo su impacto favorable. Las exportaciones de los principales rubros sojeros en la primera mitad del año totalizaron unos 4 mil millones de dólares, más del 20 por ciento de las ventas totales al exterior. Trigo y maíz aportaron otros 1560 millones.
El primer rubro industrial que aparece en la estadística de exportaciones es Vehículos automotores de transporte (de personas y mercancías), totalizando 750 millones de dólares en los primeros seis meses del año. En este rubro, es determinante la política de las terminales automotrices para sus operaciones intrafirma. Es decir, cómo se distribuyen la tarea entre sus distintas filiales, eligiendo producir tal o cual modelo en determinado país para toda una región (Latinoamérica, en este caso) y otros modelos en otras filiales para atender esa misma región. Es por eso que, lejos de razones de competencia, los principales destinos de las exportaciones de vehículos de Argentina sean México y Brasil, precisamente plazas donde son fuertes las filiales de las mismas terminales que operan aquí. En todo caso, la llamada “competitividad” está dada por la posibilidad que se les ofrece a esas compañías de producir más barato acá lo que podrían elegir hacer en otra sede.
El otro gran rubro exportador es Petróleo y derivados (naftas y gasolinas), con ventas en el semestre por más de 2000 millones de dólares. En este caso, a diferencia de lo ocurrido con productos primarios, el resultado se vio favorecido por la suba en los precios internacionales. Esto agrega otro interrogante, en la medida en que esos precios no se sostengan por mucho tiempo y, en consecuencia, pueda desinflarse su aporte al valor total de exportaciones.
La creciente presencia de China como comprador en grandes volúmenes de soja y petróleo crudo ha llevado al área del Sudeste Asiático a ubicarse casi a la par de la Unión Europea y el Mercosur como destino de las exportaciones del primer semestre (entre 3200 y 3600 millones de dólares a cada una de ellas), relegando a un cuarto lugar a América del Norte (Nafta). En las importaciones, en cambio, los países socios del Mercosur fueron el origen de casi el 40 por ciento de las mismas.