ECONOMíA › REACCION EMPRESARIA POR SUSPENSION DE REINTEGROS
Tanta amenaza por tan poco
Los principales sectores exportadores agroindustriales reaccionaron en cadena ante la medida anunciada por Lavagna, anticipando un dantesco cuadro de pérdida de inversiones y empleos.
Los empresarios se pintaron la cara tras las últimas medidas tomadas por Economía. Advirtieron que tendrán impacto nulo para contener la inflación y, por el contrario, podrían jugar en contra del objetivo de calmar los precios. Desde algunas cámaras empresariales fueron más allá y denunciaron un cambio abrupto de las reglas de juego que perjudicará las inversiones y la rentabilidad de las compañías. Algunos exportadores fueron todavía más temerarios, al asegurar que las nuevas medidas provocarán la eliminación de “cientos” de puestos de trabajos.
Los más exaltados por el paquete anunciado por Roberto Lavagna son los exportadores. A ellos se les cortó el beneficio de los reintegros por sus ventas al exterior, que iban del 2,5 al 5 por ciento. En conjunto, dejarán de percibir alrededor de 240 millones de pesos. No parece una suma exagerada ni que pudiese poner en riesgo el negocio exportador. Nada de eso. Pero los empresarios entendieron que no podrían dejar pasar una iniciativa que, aunque sea en una mínima expresión, afectaba su rentabilidad. No sea cosa que ahora callen y sigan avanzando sobre su negocio. Y el lobby se hizo fuerte, más teniendo en cuenta que parte de algunos de los sectores económicamente más poderosos.
Los exportadores de aceites, por ejemplo, son los que lideran las liquidaciones de divisas. Alberto Rodríguez, director ejecutivo de la cámara que nuclea a esas multinacionales, aseguró que la anulación de los reintegros incrementará los costos de las compañías. Que incluso podría verificarse una caída de las ventas al exterior. Y que, en ese contexto, no habría que descartar “unos buenos cientos” de despidos.
Parece una visión exagerada, si se tiene en cuenta que, desde la devaluación, los exportadores vienen obteniendo una rentabilidad altísima, retenciones incluidas. No sólo por los grandes volúmenes de colocaciones, sino también por los excelentes precios de los commodities.
El análisis, en todo caso, debería ir en sentido contrario. ¿Por qué los reintegros no se eliminaron antes, en ese contexto de bonanza, y siendo que algunos sectores, como el de la carne y los lácteos, compensaban las retenciones con los reintegros?
Para ejercer presión, los aceiteros ya pidieron una reunión en Economía. Lo mismo que los exportadores de carnes, quienes acusaron al Gobierno por “la falta de un plan que resuelva los problemas crónicos del sector”. Estos empresarios también mostraron su disgusto por la eliminación de los reintegros y recordaron que ello ocurrió cuando continúa vigente el acuerdo de precios. Ese pacto no impidió los últimos aumentos, de entre 5 y 10 por ciento según los cortes, que motivó que los distintos integrantes de la cadena industrial y comercializadora se echaran culpas sobre la cuestión.
Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria, denunció “maniobras” por parte de los frigoríficos para explicar esos ajustes. “Hay una maniobra de los intermediarios, especialmente de los frigoríficos, que intervienen en la suba de precios.” “No existe ningún motivo para que aumenten los cortes económicos de consumo interno, como el puchero, la marucha y el asado de tira”, razonó con lógica.
Las demás entidades del agro se unieron en la protesta. La Rural, Coninagro y Confederaciones Rurales coincidieron en un “rechazo unánime” a la suspensión de los reintegros. Lo mismo que las grandes empresas alimentarias agrupadas en la Copal, quienes adujeron que la iniciativa les quita competitividad.