ECONOMíA
Ahora que lo necesitan, el superávit comercial afloja
Mientras el Gobierno apuesta a recomponer reservas en 2006 a través de la compra del saldo comercial, éste cayó en noviembre a su nivel más bajo desde la salida de la Convertibilidad.
Por Raúl Dellatorre
Los resultados del comercio exterior del mes de noviembre muestran signos que pueden resultar preocupantes, teniendo en cuenta la necesidad de recuperar divisas tras la cancelación de la deuda con el FMI con las reservas internacionales. Los 522 millones de dólares que quedaron como superávit del intercambio comercial en el mes pasado representan el saldo mensual de la balanza más pobre que se registra desde la devaluación del peso (enero de 2002) para acá. Hay que remontarse al caótico año 2001 para encontrar, en el mes de mayo, un saldo comercial inferior al informado ayer por el Indec. El fuerte impulso en las importaciones contrasta con el freno que observan las cifras de exportación.
Cabe observar que el valor de las importaciones aumentó con respecto al año anterior exclusivamente por las cantidades adquiridas, ya que los precios promedio descendieron en relación con noviembre de 2004. El valor total importado el mes pasado es de 2708 millones de dólares, que resulta de un 29 por ciento de crecimiento en las cantidades y un descenso del 4 por ciento en los precios. El nivel de las importaciones de noviembre es el segundo en importancia de la serie histórica, sólo superado por los 2724 millones computados en junio de este año. Un indicador, simplemente, de que las importaciones mantienen firme el impulso a seguir aumentando.
De acuerdo con su “uso económico”, el Indec destaca en su informe mensual que las importaciones de bienes de capital aumentaron 41 por ciento con respecto al año anterior. No es un dato menor que bajo esta categoría se califican, por ejemplo, las importaciones de teléfonos celulares, que fueron justamente el renglón que más subió. También crecieron en forma significativa las compras externas de vehículos de carga, aeronaves, tractores, barcos y máquinas procesadoras de datos.
Las importaciones clasificadas como Piezas y Accesorios para bienes de capital crecieron 25 por ciento, pero con un correlato con lo antes mencionado: son las partes de teléfonos celulares las que muestran el mayor dinamismo. Le siguen los tubos catódicos para televisores y videomonitores, y las vinculadas al complejo automotor.
Siempre dentro de la clasificación por “uso económico”, el rubro vehículos automotores de pasajeros fue el que registró el mayor crecimiento interanual en noviembre: 62 por ciento. También aumentaron fuerte las importaciones de combustibles y lubricantes (39 por ciento), aunque en valor no llegaron a los 100 millones de dólares en noviembre. Lo significativo es que el aumento se explica totalmente por los mayores precios pagados al exterior (67 por ciento), ya que las cantidades importadas disminuyeron en un 17 por ciento.
Las exportaciones sumaron en noviembre 3230 millones de dólares, 6 por ciento más que en el mismo mes del año anterior, pero por debajo de los valores alcanzados en cada uno de los siete meses anteriores (de abril a octubre de este año, inclusive). A diferencia de lo que ocurre con las compras, en las ventas al exterior se observa una tendencia a la baja o, en el mejor de los casos, a un estancamiento.
Los renglones más dinámicos en las ventas al exterior resultaron material de transporte terrestre, que creció 46 por ciento respecto al año anterior, fundamentalmente por la demanda de Brasil y de México, y residuos y desperdicios de la industria alimenticia, denominación que abarca a las harinas y pellets de soja, fuertemente demandados el mes pasado por la Unión Europea y Ecuador.
Si las tendencias en el comercio exterior observadas en noviembre se consolidaran en los próximos meses, el sector público se vería en dificultades para poder recuperar, como prevé, durante 2006 las reservas internacionales de las que se desprendió para pagarle al Fondo. La proyección para el año entrante de un superávit de la balanza comercial de 11.500 millones de dólares, que serían adquiridos por el BCRA para acumular reservas, aparece como demasiado ambiciosa frente a los resultados de los últimos meses del año por terminar.