La Unión Europea, el principal mercado para las carnes argentinas, tomó la medida menos restrictiva de todas respecto de la aparición de aftosa: sólo limitó sus compras provenientes de los ocho departamentos correntinos afectados por el brote viral. La evaluación oficial fue que la decisión tiene un valor simbólico más que comercial, ya que no afectarán los envíos de la Cuota Hilton, los cortes cárnicos de mayor calidad. En el Gobierno calcularon que, en el peor de los escenarios, este año se perderán exportaciones por 130 millones de dólares.

Con importaciones por 424,7 millones de dólares, la Unión Europea se consolidó en 2005 como el principal cliente de carnes argentinas. Se llevó prácticamente la tercera parte de las exportaciones. Aunque la decisión de la UE era esperada en el Palacio de Hacienda, anoche los funcionarios no ocultaban la satisfacción.

En los despachos oficiales tenían la expectativa de que la resolución de Europa haga que otros países que cerraron las importaciones de carnes, la semana pasada, ahora revean esa actitud. La atención estaba focalizada en Israel, Argelia y Sudáfrica, que directamente suspendieron sus compras. Ese trío se ubicó el año pasado en los puestos 4º, 7º, y 10ª en el ranking de importaciones cárnicas, por un total de 97,6 millones de dólares. El secretario de Agricultura, Miguel Campos, inició ayer mismo los contactos con Israel para persuadir a ese país de que modifique su postura. Campos confía en tener éxito en esa misión, ya que Israel suele adherir a las posiciones de la UE en temas comerciales y sanitarios.

Con Chile también se intensificarán las conversaciones. Fue el primer país en cerrar sus fronteras a los productos argentinos. Como ese país le exporta a Japón y es libre de aftosa sin vacunación, no quiere correr ningún riesgo. En principio, la restricción tiene una duración de seis meses, pero el Gobierno confía en que pueda reducirse a la mitad. El año pasado, Chile compró carnes por 144,5 millones de dólares, convirtiéndose en el tercer destino en importancia. La carta de presentación para encarar estas negociaciones será que el foco de aftosa se encuentra “absolutamente controlado”.

Una vez que Europa formalizó su posición, en el Gobierno plantearon tres escenarios posibles. En el peor, se perderían exportaciones de carne por 130 millones de dólares. Esa estimación contempla que Chile mantenga sus fronteras cerradas por seis meses, lo mismo que Israel. Mientras que Rusia, Brasil, Argelia y la UE dejarían de adquirirle a la provincia de Corrientes durante un año. La merma total alcanzaría a 63 mil toneladas. Un escenario más benévolo implicaría un quebranto de 99 millones de dólares (Israel cerrado por seis meses; Chile por tres y el resto igual al ejemplo anterior). Finalmente, el escenario más esperado por el Ejecutivo daría una pérdida de 37 millones (19 mil toneladas). Implicaría que Chile sólo restrinja sus compras a Corrientes durante un año.