Lunes, 4 de septiembre de 2006 | Hoy
ECONOMíA › RATO BUSCA NEUTRALIZAR LOS PEDIDOS DE REFORMA AL FMI
El español salió al cruce de los reclamos de la Argentina, Brasil e India para que el FMI sea más equitativo y cambie su papel.
Por Fernando Krakowiak
El director gerente del FMI, Rodrigo Rato, salió ayer nuevamente al cruce de los cuestionamientos que le vienen realizando los países en desarrollo a la entidad que dirige, al señalar que “una organización que representa a 184 países no tiene falta de legitimidad. El Fondo es una organización internacional en la que el peso de los países no está en función de la población, ni del tamaño, sino del peso económico. Esa es la regla del juego”. El viernes pasado, el Directorio Ejecutivo anunció que se les dará más poder a México, China, Turquía y Corea del Sur, tomando en cuenta ese criterio. Así buscan neutralizar los pedidos de reforma impulsados fundamentalmente por Brasil, India y Argentina, que reclaman una distribución más equitativa de los votos y un cambio en el papel que ha venido desempeñando el organismo en las últimas décadas. La pulseada se definirá el 19 y 20 de este mes en la Asamblea Anual de la entidad que se realizará en Singapur.
El Directorio del FMI está integrado por 24 miembros. Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Arabia Saudita tienen un representante cada uno. Mientras que los otros 176 países ocupan las 16 plazas restantes. Estas naciones están distribuidas en grupos encargados de elegir un representante que va rotando cada dos años. En la actualidad, la Argentina comparte un asiento en el Directorio junto a Perú y esa plaza también representa a Bolivia, Paraguay, Chile y Uruguay. Peor están los 24 países africanos más pobres, quienes se reparten sólo un asiento en el Directorio. Esta marcada desigualdad es la que quieren modificar los países en desarrollo, pero no es el único reclamo que llevarán a Singapur.
También desean que el organismo modifique su modo de intervención durante las crisis. El FMI fue ideado por los economistas John Keynes y Harry Dexter White en 1944 para fomentar la cooperación monetaria internacional, facilitar el crecimiento equilibrado del comercio internacional y fomentar la estabilidad cambiaria. Sin embargo, se terminó convirtiendo en un agente financiero de los países centrales que sólo otorga créditos si el país solicitante cumple con una serie de medidas ortodoxas, tales como recortes del gasto público, apertura del mercado interno y liberalización financiera.
En el Ministerio de Economía aseguraron a Página/12 que están trabajando, junto con representantes de otros gobiernos de la región, en un documento con el cual van a reclamar que el FMI cumpla con sus fines estatuidos y abandone el papel de propagador de las ideas neoclásicas. El objetivo es que se redefinan y expliciten cuáles son los parámetros a tomar en cuenta para acceder a un crédito contingente. El viernes, los ministros de Economía del Mercosur y Bolivia avanzaron en esa dirección, aunque sin adelantar detalles.
En el Fondo están siguiendo atentamente los pasos que vienen dando las naciones del Mercosur. Por eso no llamó la atención que, un día antes de la reunión de Río, el diario The Wall Street Journal adelantara que “el FMI otorgará más votos a los países emergentes”. El organismo quiere que los cambios se reduzcan a una nueva fórmula para calcular los votos, que sólo tome en cuenta el Producto Interno Bruto, la apertura de la economía y la cantidad de reservas. Así se modificaría levemente la distribución de poder, al mismo tiempo que se reafirman las recetas neoclásicas que el FMI exige cada vez que tiene oportunidad.
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