ECONOMíA › REPERCUSIONES DE LA CRISIS DE ENRON Y WORLDCOM
“El fin de un tipo de capitalismo”
La crisis en el grupo francés Vivendi Universal, que tiene lugar poco después del colapso de Enron y de WorldCom en Estados Unidos, parece ser el fin de una clase de capitalismo mundial apoyada en la autorregulación de los mercados. “Acabamos probablemente de terminar un período que comenzó a finales de los años 70 y que estaba basado en la idea de que había que apostar por la autorregulación de los mercados”, afirmó el economista Elie Cohen.
Las manipulaciones en la contabilidad del grupo WorldCom, la quiebra inundada de fraudes de Enron o el intento de Vivendi Universal de adornar sus cuentas generaron más que una simple crisis de confianza en los mercados y en los inversores hacia algunas empresas. Del escándalo Enron nació una “desconfianza creciente no sólo hacia la contabilidad de las empresas sino hacia los propios criterios de contabilidad”, informó el Banco de Pagos Internacionales. “Este escándalo nos hace dudar seriamente de la competencia profesional e incluso de la deontología de los grandes empresarios. Los dirigentes de las grandes firmas han fracasado en todas las esferas internas y externas”, añade este banco de bancos, sin escatimar sus críticas.
“Vivendi Universal, hasta que se demuestre lo contrario, no cometió actos delictivos”, asegura Elie Cohen, para quien la historia de este grupo, número dos del mundo en las comunicaciones, muestra antes que nada “una estrategia financiera particularmente arriesgada”. Igualmente, Vivendi consiguió que Europa también resultara afectada por esta ola de escándalos financieros que habían castigado recientemente a Estados Unidos y amenazan con obstaculizar la reanudación del crecimiento económico mundial.
El presidente estadounidense, George Bush, firmará “un decreto para crear una comisión especial de lucha contra el fraude entre los responsables de compañías y dará nuevas directrices para dirigir las investigaciones de aquellos que quebranten la ley”, anunció ayer la Casa Blanca. Bush, quien es cuestionado por manejos en sus empresas similares a los casos que estallaron en estos días, también propondrá que se dupliquen las penas de cárcel para empresarios por fraude.
Una vez superada la autorregulación de los mercados, que se mostró incapaz de impedir fraudes y delitos, hace falta una nueva normativa, “con un papel nuevo para el Estado en el ámbito nacional, local e internacional”, concluyó Cohen.