Miércoles, 24 de enero de 2007 | Hoy
ECONOMíA › EL GOBIERNO DA SEÑALES DE UN AUMENTO DEL MINIMO NO IMPONIBLE
La CGT reclama que los trabajadores paguen menos del impuesto. El Ejecutivo avanza en esa dirección. Es para evitar que se diluyan los incrementos salariales que se negocien en paritarias. Moyano dijo que esas discusiones serán sin piso ni techo.
Por David Cufré
La CGT insiste y el Gobierno se muestra dispuesto a atender su reclamo de un aumento del mínimo no imponible de Ganancias. “Es la crónica de una suba anunciada”, dijeron desde la central gremial, un día después de que su titular, Hugo Moyano, planteara el tema en una reunión reservada con Néstor Kirchner en Casa Rosada. Ayer hubo más señales del Ejecutivo en la misma dirección: el jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo, Norberto Ciarabino, comentó en una audiencia con el sindicato de pilotos de Austral que el Gobierno tomará una decisión sobre el tema antes de fin de mes o en el transcurso de febrero, aunque no avanzó más allá de ese punto. La medida se relaciona con el inicio de las negociaciones paritarias por los ajustes salariales de este año. Moyano afirmó que no habrá “ni piso ni techo” para sentarse a conversar.
A diferencia del año pasado, cuando el camionero acordó con el Gobierno un aumento del 19 por ciento para su gremio y luego consiguió que ese tope fuera respetado por el resto de los sindicatos, en esta oportunidad cada sector “tendrá las manos libres para negociar”. “Cada uno discute su realidad”, indicó el diputado Héctor Recalde, asesor de Moyano, en diálogo con Página/12. “No es cierto que hayamos planteado un porcentaje de suba común: ni cero, ni treinta, ni ciento por ciento”, remarcó. Y negó que este hecho fuera consecuencia de la supuesta debilidad de su jefe para alinear al resto de los caciques sindicales.
Recalde, en cambio, confirmó que la CGT trabaja para un aumento del mínimo no imponible de Ganancias. El Gobierno tiene atribuciones para hacerlo durante el primer cuatrimestre, según lo dispuso el Congreso cuando sancionó la Ley de Presupuesto. La CGT sostiene que si no hay una corrección en la base de cálculo del tributo, buena parte de lo que obtenga cada gremio como aumento salarial para sus trabajadores quedará en el camino, retenido por el fisco. Los trabajadores petroleros fueron los primeros en conseguir un tratamiento diferencial a fines del año pasado para sortear esa situación. Moyano pidió ante Kirchner buscar una solución para el resto de las actividades.
En marzo del año pasado, el Ministerio de Economía elevó el mínimo no imponible para los solteros a 2215 pesos brutos mensuales, mientras que los casados con dos hijos pasaron a tributar sólo si sus ingresos superan los 2964 por mes. Felisa Miceli está de acuerdo con subir esas cifras otro escalón, pero espera la decisión política de Kirchner. También hay que definir de cuánto será el aumento. La CGT considera que debería rondar el 30 por ciento.
Ciarabino no dio cifras, pero aseguró ayer en un encuentro con la cúpula del sindicato de pilotos de Austral (Unión de Aviadores de Líneas Aéreas) que el Gobierno tomará una definición antes de marzo. Así lo comentó a este diario el secretario gremial de UALA, Alejandro Venturino, al término de la reunión. El sindicato había ido a pedir que se considere la situación de los pilotos frente a un eventual ajuste del mínimo no imponible, puesto que el año pasado quedaron al margen de esa corrección porque sus sueldos superaron los nuevos montos establecidos para la liquidación del gravamen. Su reclamo es que además de aumentar el mínimo no imponible, el Gobierno eleve el porcentaje de deducciones permitidas, tal como ocurrió con los trabajadores petroleros.
Moyano tiene previsto reunirse hoy con otros líderes sindicales para transmitirles en detalle su conversación con Kirchner. El argumento utilizado para descartar “un piso y un techo” en las paritarias es que los ajustes salariales no son responsables de la inflación. “El año pasado los sueldos subieron 19 por ciento y la inflación fue del 9,8”, apuntó Recalde, quien remarcó que la rentabilidad promedio de la industria durante 2006 fue del 20,8 por ciento. “Es una rentabilidad que puede aguantar correcciones salariales sin mandarlas a precios”, estimó. Desde la otra vereda, Raúl Lamacchia, presidente de la Federación Económica de Buenos Aires, pidió moderación para evitar una escalada inflacionaria.
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