El Ministerio de Economía difundió ayer un informe donde se destaca que la proporción de personas desempleadas con bajo nivel educativo se redujo durante los últimos tres años. La participación de los desocupados sin estudios o con primario incompleto disminuyó del 10 al 7 por ciento del total entre el segundo semestre de 2003 y el primer semestre de 2006, los universitarios se mantuvieron en el 7 por ciento, los que poseen primario completo y secundario incompleto cayeron de 46 a 45 por ciento, mientras que los que cuentan con secundario completo y universitario pasaron del 38 al 41 por ciento, siendo los más perjudicados.

El informe busca demostrar la inexistencia de un “núcleo duro” de desocupados que no pueden insertarse en el mercado por falta de capacidades. No obstante, allí se considera como ocupados a los beneficiarios de los planes sociales que, por lo general, presentan un menor nivel educativo.

El buen desempeño relativo de sectores como construcción, comercio y servicios personales, tradicionalmente con menores requerimientos educativos para su mano de obra, permite explicar cómo evolucionó la absorción de desocupados. No obstante, el informe destaca que este comportamiento se verificó particularmente durante el inicio de la recuperación y actualmente el crecimiento sectorial es más balanceado.

El hecho de que la absorción de empleo tenga un perfil educativo similar al stock de desempleados no significa un retroceso, según se aclara. Por un lado, en términos distributivos se favorece a las capas de la sociedad con menor educación e ingresos, que son aquellas que sufren una tasa de desempleo mayor. Por otro lado, se afirma que el crecimiento actual posibilita igualar las chances de conseguir empleo para todos los grupos de desempleados, independientemente de su nivel educativo. “Todo esto permite que la demanda de empleo pueda ser satisfecha sin cuellos de botella en ningún grupo educativo”, destaca el estudio.

El informe del Ministerio de Economía afirma que la edad tampoco ha sido un obstáculo para conseguir empleo. Entre 2003 y 2006 la desocupación de los mayores de 60 años se redujo un 41 por ciento, siendo la mayor contracción, pues en el grupo de 30 a 59 años disminuyó un 28 por ciento y en el de los jóvenes de hasta 29 años cayó un 27 por ciento. En la actualidad la desocupación está por caer por debajo del 10 por ciento y este tipo de informes busca demostrar que el índice puede seguir bajando debido a la inexistencia de un “núcleo duro” de desempleados.