Viernes, 21 de septiembre de 2007 | Hoy
ECONOMíA › EL INDEC INFORMO CAIDAS EN LOS NIVELES DE POBREZA E INDIGENCIA
En el primer semestre, la pobreza bajó a 23,4 por ciento y la indigencia, a 8,2. El retroceso desde 2003 es constante, pero siguen en niveles de los ’90. Duras críticas por manipulación.
En medio de los cuestionamientos de los técnicos sobre la validez de los índices, el Indec difundió ayer las cifras de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre del año. Según los datos oficiales, la pobreza retrocedió al 23,4 por ciento de la población, frente al 31,7 por ciento de igual período del año pasado. La indigencia, en tanto, cayó al 8,2 por ciento, contra el 11,2 del primer semestre de 2006. La pobreza muestra una persistente caída en los últimos cuatro años, tras haber alcanzado un pico del 54 por ciento durante los primeros meses de 2003, como consecuencia de la crisis posdevaluación. Sin embargo, los niveles actuales de miseria son todavía similares a los de la década del noventa, cuando, con la convertibilidad, estalló la exclusión social.
En los 31 aglomerados urbanos relevados, el Indec registró 5,6 millones de pobres. Si se proyectan las tasas de los 31 aglomerados a todo el país, entonces 9,4 millones de argentinos aparecen bajo la línea de pobreza, de los cuales 3,3 millones son indigentes. Estos últimos no alcanzan a consumir siquiera una canasta básica de alimentos, necesaria para desarrollar “una actividad física moderada”.
Un grupo de empleados del Indec, enrolados en ATE, volvió a protestar ayer frente al Indec, con un abrazo simbólico al organismo y una marcha. Las Madres de Plaza de Mayo los apoyaron. Denunciaron que los números de pobreza están subestimados, porque se basan en la sospechada medición del Indice de Precios al Consumidor. Además, recordaron que Cinthia Pok, quien estaba a cargo de la Encuesta Permanente de Hogares, fue desplazada de su puesto por haberse negado a procesar los datos de pobreza utilizando como insumo el IPC elaborado por Beatriz Paglieri, la interventora en el área Precios designada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
El cuestionamiento es simple. Si la canasta de alimentos que releva el Indec está subvaluada, como denuncian los técnicos, entonces también se estarían subestimando las mediciones de pobreza e indigencia, que se elaboran a partir de comparar la evolución de las canastas y los ingresos de la población.
Hacia el mediodía, durante un acto en Merlo, Néstor Kirchner anticipó, una vez más, los datos del Indec, lo cual caldeó aún más los ánimos dentro del organismo. Para colmo, el parte de prensa oficial del Indec, que debía ser distribuido a las 16, recién vio la luz después de las 19. En su discurso, Kirchner recordó que, al asumir, “la pobreza había llegado al 60 por ciento”, con lo cual “retrocedió 37 puntos durante nuestro gobierno”.
El Indec registra que durante el primer semestre de 2003, la pobreza alcanzó un máximo del 54 por ciento, mientras que la indigencia llegó al 27,7 por ciento de la población. Luego fue disminuyendo de manera constante. Hasta ayer, el último dato disponible correspondía al segundo semestre de 2006, con un 26,9 por ciento de pobreza y 8,7 por ciento de indigencia.
En el comunicado de prensa que distribuyó el Indec, se incluyó la medición del segundo trimestre del año, en el que la tasa de pobreza descendió al 20,8 por ciento. Y, de manera completamente inusual, hasta se desagregaron los valores mensuales: así, durante junio habría caído al 18,6 por ciento. El dato, igualmente, no tiene valor estadístico, porque desde hace tiempo se mide una serie continua con valores semestrales.
Para el primer semestre de 2007, las mayores niveles de pobreza se dieron en el Noreste, con 41 por ciento; y en el Noroeste, con 36,4. En cambio, en Cuyo fue del 22,4; en el Gran Buenos Aires, de 21,8, y en la Región Pampeana del 19 por ciento. La Patagonia mostraba los menores índices del país, con 12,9 por ciento. Gran Resistencia fue el aglomerado con mayor pobreza del país, con 45,6 por ciento. Mientras que, para el Indec, en Río Gallegos apenas 2,7 por ciento de la población era pobre.
Según el informe, 53,7 por ciento de los pobres recibe algún tipo de ingreso en especies (mercaderías, ropa, alimentos) de “fuentes institucionales”, ya sea gobierno, iglesias, escuelas u otra. Mientras que el 50,7 por ciento recibe ingresos monetarios.
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