ECONOMíA › ADVERTENCIA DE LAS ESTACIONES INDEPENDIENTES

“Al borde de la desaparición”

Los propietarios de estaciones de servicio independientes advirtieron ayer que sus establecimientos “están al borde de la desaparición” y reclamaron que los acuerdos de precios que impulsa el Gobierno contemplen la rentabilidad del sector expendedor. “Con las condiciones actuales de rentabilidad cero, se repetirá la historia y continuará el cierre de estaciones de servicio”, advirtió Manuel García, titular de la asociación que representa a las firmas independientes.

Después del acuerdo del Gobierno con Repsol-YPF, Petrobras y Esso, por el que bajaron los precios entre un 10 y un 15 por ciento, el dirigente acusó a las petroleras “de pretender apoderarse de las ventas minoristas” y anunció que hoy habrá una reunión en la que se analizarán las medidas a adoptar. Consultado sobre la posibilidad de una medida de fuerza, García se mostró tremendista al afirmar que “puede pasar cualquier cosa porque estamos en la antesala del fin”.

Según su relato, en 2004 existían seis mil estaciones de servicio en todo el país y en la actualidad sólo quedan abiertas 2900, producto del congelamiento de precios y del aumento de costos. “En esa reunión, a la que los expendedores no fueron convocados, nadie se preguntó si las 2900 estaciones de servicio que quedaron después del primer congelamiento político de precios que fundió a 3 mil estaciones van a poder aguantar este segundo congelamiento”, sostuvo.

Además, afirmó que las petroleras le prometieron al Gobierno el abastecimiento pleno del mercado, pero los cupos causantes de la falta de combustible continúan vigentes y son utilizados para discriminar a las estaciones de servicio independientes. “Todavía hay zonas del país, especialmente en las más alejadas de los centros urbanos, en que no se está cumpliendo el abastecimiento”, dijo el empresario.

El acuerdo que posibilitó una rebaja en el precio de las naftas y promesas de normalización del abastecimiento llegó luego de que el Gobierno presionara a las petroleras prohibiendo las exportaciones de combustibles líquidos. Desde principio del año pasado, las firmas fueron subiendo los precios de la nafta y el gasoil de manera gradual y sostenida. Cada vez que la prensa daba cuenta de las subas, el Gobierno intimaba a las compañías para que dieran marcha atrás hasta que la situación volvía a repetirse.

El incidente se produjo al menos tres veces hasta que a mediados de noviembre el Ejecutivo elevó las retenciones a las exportaciones de crudo y naftas para ponerle freno a la maniobra. La medida no dio el resultado esperado. Entonces se decidió subir la apuesta prohibiendo las exportaciones momentáneamente para forzar una baja de precios que finalmente se logró y que ha puesto en pie de guerra a los estacioneros.

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