El flamante subsecretario de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, Fernando Vilella, está a punto de batir un record. Cuando el organigrama de su dependencia sea formalmente aprobado contará con diez direcciones provinciales y una Dirección General Administrativa delegada que le permitirá manejar su propio presupuesto. En teoría, su cargo depende de la cartera de Producción y Asuntos Agrarios que conduce Débora Giorgi, pero en la práctica tendrá el poder de un ministro. Fuentes del gobierno provincial señalaron a Página/12 que esta inédita situación se produjo porque el gobernador Daniel Scioli le había prometido a Vilella el Ministerio de Asuntos Agrarios, pero luego decidió fusionar esa cartera con Producción y mantener a Giorgi como ministra. Entonces compensó a Vilella haciendo la vista gorda cuando el funcionario armó su multitudinario equipo.

–¿No le parece mucho diez direcciones provinciales para una subsecretaría? –le preguntó Página/12 a Vilella.

–No, es una cantidad similar a la que tenía el Ministerio de Asuntos Agrarios.

–Pero antes era un ministerio y ahora es una subsecretaría.

–El gobernador decidió fusionar Asuntos Agrarios con el Ministerio de Producción porque considera que las actividades agropecuarias, pesqueras e industriales son parte de un mismo conjunto sobre el que hay que trabajar con políticas integrales, no porque el agro haya dejado de ser una prioridad.

–El agro puede ser una prioridad, pero la estructura que usted armó generó polémica en la provincia.

–No hubo polémica. Por lo menos de la que yo haya participado. Hubo acuerdo en la necesidad de sostener una estructura similar a la que ya estaba creada.

Si bien la estructura todavía no fue aprobada, Vilella ya armó el organigrama y designó a las personas que estarán al frente de cada dependencia. El listado incluye las direcciones provinciales de Producción agrícola y alimentos; Ganadería y alimentos; Pesca, recursos marítimos, lacustres y fluviales; Agricultura Periurbana; Relaciones comunitarias y sectoriales; Gestión y contralor agroalimentario; Infraestructura rural, Desarrollo rural; Economía rural; y Gestión, coordinación y administración de proyectos. También presionó para tener una Dirección General de Administración (DGA) que le permitiera manejar el presupuesto de su área, pero como la ley prohíbe que haya más de una por ministerio solucionó el inconveniente armando una delegación que hará las veces de DGA.

“Armó la subsecretaría más grande de la historia sólo porque no pudo aceptar que finalmente no iba a ser ministro como le habían prometido”, señaló a Página/12 una fuente de la provincia. Vilella disputó el ministerio con Giorgi hasta el último minuto, pero finalmente Scioli se inclinó por la ex secretaria de Industria de la Alianza, que ya venía desempeñándose en el cargo durante el gobierno de Felipe Solá. Más allá del desaire que puede haber sufrido, lo cierto es que el ex decano de la Facultad de Agronomía y ex candidato a rector de la Universidad de Buenos Aires tiene el visto bueno de Daniel Scioli, pues de otra manera sería imposible montar semejante estructura. “Me critican porque quisieran estar en mi lugar”, responde Vilella.

Los cuestionamientos no sólo se circunscriben a la cantidad de direcciones que montó sino también a los vínculos que tiene con el mundo empresario. “Es un hombre de Gustavo Grobocopatel que desembarcó en la provincia para defender los negocios de los grandes grupos”, sostiene una fuente del Ministerio de Producción y Asuntos Agrarios. Grobocopatel es el CEO de la firma Los Grobo, una de las mayores productoras de soja del país, que experimentó un crecimiento vertiginoso en los últimos años debido a los extraordinarios precios internacionales de las commodities.

“Soy amigo de Gustavo desde antes que se hiciera conocido en los medios y nunca obtuve un centavo a partir de esa relación. En algunos temas coincidimos y en otros no. No tengo la visión de los grandes grupos. Durante los ocho años que estuve al frente de la Facultad de Agronomía, la mayoría de los convenios los firmé con entidades representantivas de los pequeños y medianos productores rurales. Uno de los primeros proyectos que estoy preparando ahora es una ley de desarrollo rural y agricultura pyme y familiar”, responde Vilella intentando despejar las dudas.