El acuerdo de precios que el Gobierno busca firmar con ganaderos y frigoríficos podría destrabarse en los próximos días. La industria acordó la semana pasada un primer borrador donde se contempla un ajuste de entre 8 y 10 por ciento en el precio por kilo a la salida de fábrica. Sin embargo, todavía falta definir la situación de los ganaderos. Página/12 pudo confirmar ayer que las entidades del campo le enviaron el viernes una propuesta al secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, donde se comprometen a garantizar el abastecimiento en línea con la política oficial de precios, pero en el documento evitan mencionar valores de referencia, pues consideran que el control de precios se debería ejercer sólo a la salida del frigorífico.

En el caso de la industria, los valores por kilo que se consensuaron son: 6,25 pesos para el ternero; 5,70 para los novillitos y vaquillonas de más de 300 kilos; 5,60 para el novillito y 5,80 pesos para los novillos de exportación. “Nosotros estamos en condiciones de firmar, pero estamos esperando para ver qué van a hacer los productores porque el Gobierno tiene la intención de acordar con todos los eslabones de la cadena a la vez”, señaló a este diario una fuente de la industria.

El acuerdo se negocia en medio de denuncias de subas de precios formuladas por las asociaciones de consumidores, que afirman que en las últimas semanas los principales cortes han estado aumentando sus valores lenta, pero sostenidamente. En algunos casos también se denunciaron faltantes de mercadería.

El acuerdo no apunta sólo a garantizar precios sino también a fijar condiciones de mediano y largo plazo que permitan incrementar la producción en línea con los objetivos establecidos en el plan ganadero. Para ello se está tratando de generar incentivos para los empresarios tanto a través de las compensaciones como con la promesa de implementar nuevos sistemas de comercialización por cortes o cuartos que permitan discriminar la carne que va a exportación de la que se consume en el mercado interno.

De esta manera, se podría exportar sin que los precios externos condicionen los valores a los que se compra en el mercado local. Ahora eso es difícil porque la vaca se comercializa en medias reses y no se puede hacer esa discriminación entre cuarto trasero y delantero. Otro de los objetivos de la Secretaría de Agricultura es poner fin al doble estándar sanitario que tienen los frigoríficos que operan en el país. La intención es que haya un solo estandar y que en todo caso haya diferencias de calidad. Para ello ofrecen créditos que hagan viable la inversión que tienen que hacer aquellos frigoríficos que se encuentran más atrasados tecnológicamente.