Por ahora son actores secundarios, pero los gobernadores podrían llegar a ocupar roles más importantes en el conflicto entre el gobierno nacional y las cuatro entidades ruralistas. La dirigencia empresaria viene ejerciendo presión para que mandatarios como el de Santa Fe, Hermes Binner, y el de Córdoba, Juan Schiaretti, intermedien en su favor. Por ahora, es poco lo que consiguieron. En sus escasas apariciones públicas, Binner evitó criticar la política de retenciones, mientras que el cordobés sólo planteó un llamado a la racionalidad. “He planteado ante las autoridades nacionales y los dirigentes agropecuarios la necesidad de retomar el diálogo”, explicó.

Había cierta expectativa por conocer la posición de Daniel Scioli. El gobernador bonaerense se alineó con la administración nacional. Pidió “prudencia, responsabilidad y solidaridad” a las cámaras del campo y sostuvo que “no es momento de confrontación, sino de preservar el equilibrio socioeconómico externo e interno”. “Las condiciones económicas de los últimos años favorecieron notablemente y favorecen el crecimiento agropecuario, pues ahora es tiempo de armonizar entre ganadores y perdedores a favor de una estabilidad con competitividad”, completó.

Todavía más categóricos fueron los mandatarios del Chaco y de Entre Ríos. El primero, Jorge Capitanich, calificó la protesta agraria de “extrema” y consideró que bajo estas condiciones, con cortes de rutas y desabastecimiento de alimentos, “no será posible” retomar el diálogo.

El mandatario evaluó que “si no se aplicaran retenciones, los precios serían más caros”. “Si querían llamar la atención (los productores rurales) ya lo hicieron. Ahora es tiempo de un diálogo con sensatez”, convocó el gobernador. Capitanich precisó que en Chaco hay seis cortes de ruta, aunque “con escasa cantidad de productores”.

Por su parte, el entrerriano Sergio Urribarri juzgó que tanto el gobierno de Néstor Kirchner, como ahora el de Cristina Fernández, “son sin duda los que más han hecho por el campo en la historia moderna de nuestro país”. “Nunca antes se había logrado una política de sostenimiento de un dólar competitivo y de miles y miles de soluciones a los problemas bancarios de los productores rurales”, sostuvo el gobernador. “Queremos la soja que da trabajo. No la soja para unos pocos. Y eso será bueno también para el campo. Y para todos los argentinos”, indicó.

En Córdoba se registraron numerosos piquetes en los últimos días. El gobernador se ve presionado por los productores rurales y por su adhesión al proyecto del gobierno nacional. Por eso optó por la moderación. Para el gobernador, un acercamiento entre las partes “permitirá construir los consensos y conseguir aumentar la producción, y darle sustentabilidad al complejo agroalimentario argentino”. Finalmente, remarcó que “en este momento donde hay cortes de ruta, la clave es retomar el diálogo más que la posición que pueda tener cada uno”.