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–Una de las sugerencias de la oposición fue mantener las cuentas individuales pero administradas por el Estado. ¿Qué opina?

–Resultan raros algunos planteos de la oposición. Dicen estar de acuerdo con un sistema público de reparto, pero... Entonces ahí viene: hagamos un sistema de cuentas individuales. Bueno, un sistema de reparto no tiene cuentas individuales. Es un seguro social, un seguro colectivo, un seguro solidario. Un sistema de cuentas individuales es un sistema de capitalización en el que cada uno ahorra para sí, y esto ha demostrado su fracaso, en términos colectivos e individuales. Como sistema de cobertura social no es una buena idea que cada uno ahorre para sí. Y en términos individuales, capitalización otorgó jubilaciones menores a las de reparto.

–Otro planteo de la oposición fue por qué esta reforma se hizo ahora y no el año pasado, cuando se aprobó la libre opción.

–Porque las cuestiones van madurando. Nosotros recibimos en 2003 un sistema de seguridad social destruido: sin cobertura, sin financiamiento, con haberes muy bajos, con muchos juicios que no habían sido atendidos. Trabajamos muy fuerte para fortalecer el sistema de seguridad social. Y si uno mira los pasos que se han dado de 2003 en adelante, van todos en el mismo sentido. Este cambio de paradigma es el corolario de esas acciones. Además, nadie se rasgaba las vestiduras por la elección cuando la gente iba obligatoriamente a una AFJP y no podía salir. Ahí a nadie le importó la libertad.

–También se cuestionó el momento para presentar la ley por la crisis de los mercados.

–Sí, muchos dijeron que no era el momento por los problemas del mercado de capitales. El sistema de seguridad social no está para solucionar los problemas del mercado de capitales, está para solucionar los problemas de los jubilados.

–¿Qué opina del veto a la ley que le pidió PRO a Julio Cobos?

–Me parece una paparruchada. Sería una linda forma de pasar por encima de las instituciones después de que tanto diputados como senadores aprobaron la ley con más de dos tercios de los votos. Sería una burla.

–¿Puede haber trabajadores de AFJP que no tengan asegurado un empleo?

–No. Los trabajadores de las AFJP tenían sueldos similares o inferiores a los del sector público. Puede haber alguna situación particular a nivel jerárquico. Es como un funcionario público, cuando cambia el gobierno el funcionario político no conserva el mismo rango: o se va o vuelve a la tarea previa. Acá hay otro punto interesante. En el año ‘97 las AFJP tenían 22.000 trabajadores. Hoy tienen alrededor de 10.000. Quiere decir que en siete años destruyeron 12.000 empleos, y con esto nadie hizo lío. Nadie dijo nada. Yo no escuché a nadie, a ninguna organización gremial de trabajadores de las AFJP, no vi marchas de trabajadores ni escuché voces de la oposición pidiendo por esos puestos.

–¿Cuánto tarda la Anses en aprobar una jubilación?

–En promedio, seis meses para una jubilación y dos meses y medio para una pensión. Tenemos el compromiso de llevar todo a dos meses el año que viene. Lo más llamativo es que las AFJP tenían 80.000 trámites demorados. Las demoras son mucho más grandes que en reparto. Ellos tardan alrededor de un año en aprobar una jubilación. Inclusive para ordenarse han tenido que usar el sistema de gestión de trámites de Anses.

–¿Se puede extender la cobertura con una nueva ley de jubilación anticipada o una nueva moratoria?

–Hoy la cobertura es muy alta, cerca del 90 por ciento. No vemos problemas de cobertura para los próximos tres años.

–¿Qué pasará con el pago de las sentencias?

–La gran novedad para 2009 es que en el Presupuesto figuran partidas para liquidar 40.000 sentencias en efectivo, que sería agotar el stock de reclamos. Desde septiembre de este año ya no se está pagando nada en bonos. Hemos trabajado mucho en este tema, después de años que no se había hecho nada.