ECONOMíA
La UIA saborea las mieles de la postdevaluación
Por David Cufré
“El retraso cambiario ha sido un cáncer para la Nación”, dramatizó el presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Massuh, en la apertura de la segunda fase de la Conferencia Industrial. Fue la primera vez que la central fabril se animó a hablar públicamente en favor de la devaluación después de producida. Las presiones de la entidad por la pesificación de sus deudas y la participación de José Ignacio de Mendiguren en el Gobierno hicieron que los industriales se mantuvieran en silencio durante meses. El veranito económico y la sensación de estar saboreando la reactivación cambiaron las cosas. Ahora llegó el tiempo de levantar viejas banderas y de calificar el período previo como “una ficción cambiaria” que llevó “a la ruina a la industria y al país”.
En los salones de Parque Norte los empresarios se entusiasmaban contando cómo ha crecido su actividad. Massuh remarcó que “un tipo de cambio alto alentará las inversiones genuinas y recreará la Argentina productiva”. “La gente demandará pesos y no dólares”, vaticinó. Las afirmaciones de los hombres de la UIA fueron sustentadas desde lo técnico por estudios de los economistas Bernardo Kosacoff y Pedro Lacoste.
El primero de ellos mostró una investigación de la Cepal y del Indec entre las 500 mayores empresas del país que muestra cómo avanza el proceso de suba de las exportaciones y de sustitución de las importaciones, así como se aprecia una disminución de la caída del empleo. La estrategia de estas compañías para amortiguar el achicamiento de la demanda interna será procurar elevar sus colocaciones en el exterior. Lo que no figura como parte de la estrategia para 2003 es incrementar las dotaciones de personal. Lacoste fue más enfático en pronosticar una reactivación. Incluso arriesgó que la economía puede crecer a un ritmo del 6 por ciento anual “de aquí al 2010”. El economista mostró que “no somos distintos a otros países que han pasado por devaluaciones abruptas”.
También remarcó que en los años ‘30 Estados Unidos hizo algo semejante a la pesificación, al anular la “garantía oro” de los contratos. En su explicación, Lacoste resaltó que ya se hizo un sobreajuste externo y fiscal, y consideró que el sector financiero está en condiciones de volver a prestar al sector privado. Finalmente, afirmó que con una reestructuración “realista” de la deuda Argentina está en condiciones de crecer de manera sostenida por muchos años.