El FMI elevó en 0,9 punto porcentual el crecimiento esperado para 2010 de América latina, que llega a 5,7 por ciento. “La región salió de la crisis más rápido de lo que se preveía”, afirmó el organismo. Para el año que viene proyecta un crecimiento del 4 por ciento. A nivel mundial, las perspectivas de avance de la economía bajaron ligeramente de 4,3 a 4,2 por ciento para 2011, mientras que para este año la estimación es de 4,8 por ciento. El FMI dejó entrever que es necesario equilibrar los flujos internacionales de comercio mediante una depreciación del dólar. Esto sólo se conseguiría si China deja apreciar el yuan y actúan de forma similar otros países emergentes –como la Argentina– que bajo la política de acumulación de reservas impiden que se valoricen sus monedas.

El organismo felicitó a sus buenos alumnos de la región. Destacó que Brasil, Chile, Colombia y Perú aplicaron “políticas macroeconómicas impresionantes en las últimas dos décadas”. El Fondo entiende que el aumento en los precios de las materias primas es el principal móvil para explicar el crecimiento regional, donde también resalta a México y a Uruguay. En cambio, Venezuela volvió a quedar en la cola de la lista, como el único país de toda la región que no crecerá este año. América Central y el Caribe, subregiones que importan materias primas y dependen del turismo, serán más vulnerables a los vaivenes de los Estados Unidos, advirtió el FMI.

El informe también recomienda que los países de la región reduzcan sus paquetes de estímulo fiscal y asegura que por la baja conexión comercial con los países desarrollados, un desmejoramiento de las condiciones de las economías del Norte no tendría un efecto negativo tan amplio. En cambio, el FMI advierte sobre el peligro que podría provenir de la “profunda conexión del sector bancario latinoamericano con el de los países avanzados”. Por su parte, Augusto de la Torre, economista jefe del Banco Mundial para la región, cuestionó que “los países emergentes se estén resistiendo a la apreciación de sus monedas. Eso es exactamente equivalente a impedir la depreciación del dólar”.