Desde Washington

La figura de Martin Luther King emerge con los brazos cruzados de una mole de granito ubicada en el National Mall. Detrás se observa una montaña partida de donde simula haberse desprendido el fragmento. El monumento expresa una frase que el líder negro pronunció el 28 de agosto de 1963 en esta misma ciudad, a los pies de la estatua de Abraham Lincoln: “Con la fe podremos esculpir en una montaña de desolación una piedra de esperanza”, afirmó Luther King aquella tarde ante una multitud. Barack Obama tenía previsto inaugurar este memorial el mes pasado, justo el día en que se cumplían 48 años de ese famoso discurso titulado “Yo tengo un sueño”, pero el huracán Irene se lo impidió. El próximo 16 de octubre el presidente de Estados Unidos tendrá revancha y podrá homenajear a este referente de la lucha por los derechos civiles y sociales en tiempos del apartheid. Si bien Obama siempre evitó mostrarse como el presidente de una minoría, algunos analistas estadounidenses especularon en las últimas semanas con la posibilidad de que esta vez realice un discurso más orientado al electorado negro, que está siendo afectado fuertemente por la desocupación y la pobreza.

El memorial ocupa 1,6 hectárea del Parque Nacional. El monumento está a orillas del lago artificial Tidal Basin, rodeado por un muro de unos 150 metros, donde los visitantes pueden leer frases talladas de los escritos y discursos de King, los cuales fueron seleccionados por un consejo de historiadores. El lugar está abierto al público desde el mes pasado, aunque todavía no se haya concretado la inauguración formal.

El National Mall es una zona de jardines rodeada por museos, monumentos que homenajean a los soldados estadounidenses que combatieron en las principales guerras y estatuas de próceres nacionales como George Washington, Abraham Lincoln y Thomas Jefferson. El memorial de Luther King se ubica a medio camino entre el de Lincoln, el ex presidente que abolió la esclavitud, y el de Jefferson, que llegó a tener más de 600 esclavos entre fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. La piedra de donde sobresale la figura de King tiene diez metros de alto y la escultura es de una precisión notable. Sin embargo, la majestuosidad de la obra, realizada por el artista chino Lei Yixin, generó polémica por un estilo que recuerda al realismo socialista. De hecho, Yixin es autor de varias esculturas de Mao tsé-Tung.

En algunos sectores también provocó malestar que la estatua haya sido construida en China, justo cuando la pobreza y la desocupación baten records en Estados Unidos, sobre todo dentro de la minoría negra. Según la última encuesta del organismo oficial encargado de los censos, difundida la semana pasada, en 2010 el índice de pobreza llegó al 15,1 por ciento y entre los afroamericanos trepó al 27 por ciento. La desocupación en este grupo también está por encima del promedio: 15,9 frente al 9,1 por ciento de la tasa general. Ese contraste también se observa en Washington. La burocracia estatal y de los organismos multilaterales que habita en la coqueta zona noroeste es predominantemente blanca, mientras que en los barrios más humildes del este y el sur el porcentaje de negros crece. La vulnerabilidad de esta minoría no es nueva, pero la llegada de Obama, el primer presidente negro en la historia de los Estados Unidos, llevó a muchos a creer que al menos la tendencia empezaría a cambiar. Hasta el momento, eso no ocurrió. Desde que fue electo, el desempleo entre los negros subió 4,5 puntos.

No será fácil revertir esa situación. Luego de la derrota electoral de 2010, Obama está siendo jaqueado por los republicanos. De hecho, a comienzos de agosto lo forzaron a que se comprometa a nuevos recortes sociales para autorizarle una elevación del techo de deuda pública y evitar así que Estados Unidos cayera en default. Los programas de salud y educación pública benefician a los sectores más humildes, donde sobresale la minoría negra. En este segmento social, la mayoría continúa apoyando a Obama, pero su popularidad disminuyó. En octubre de 2010, el 77 por ciento decía que las acciones de la Casa Blanca ayudaron a la economía y en la actualidad ese porcentaje bajó a cerca del 50 por ciento.

La inauguración próxima del memorial de Luther King es una gran oportunidad para fortalecer ese vínculo de cara a las elecciones presidenciales del año próximo. El desafío de Obama también será tratar de generar esperanza en medio de la desolación que provocan la pobreza y el desempleo, aunque será difícil no quedar pequeño frente a la gigantesca estatua de granito de un hombre que peleó por los derechos de los negros, aun a costa de su propia vida.

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