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“Lo peor de la crisis europea ya pasó”, aseguró ayer la especialista en economía internacional Beatriz Weder di Munro. La analista compartió un panel en el 49º Coloquio de IDEA con el economista jefe del HSBC Argentina, Javier Finkman, y el del Deutsche Bank, Gustavo Cañonero, en donde analizaron las principales tendencias de la situación internacional. Finkman alertó sobre la “adicción” que generó en los mercados la emisión monetaria de los países centrales, mientras que Cañonero aseguró que los mercados emergentes “se consumieron los años de bonanza en lugar de invertir”.

Pese al pronóstico optimista, Weder di Munro alertó que los costos para los países europeos de salir de la Zona Euro serían mucho más altos que los beneficios. “Hay cuestiones de arquitectura en Europa que deben ser atacadas. Una vez que se salga de este proceso crítico, habrá que dedicarse a reordenar el sistema de integración europea.” “El club –la Eurozona– sigue unido, pero la pregunta es si los ajustes funcionarán”, se preguntó la especialista.

Finkman sostuvo que las políticas monetarias laxas de los países centrales generaron “sobrecalentamiento en las economías emergentes”, en especial las dependientes de los commodities. “El ajuste se dio en estos últimos seis años en las cuentas corrientes. Los países que mejoraron son aquellos que tenían la cuenta corriente mal, en especial Estados Unidos y España, y los petroleros, como Arabia Saudita, mientras que los que empeoraron fueron China y Japón”, señaló el economista del HSBC. “La forma de ajuste fue importar menos, no vender más”, agregó.

Por último, Cañonero sostuvo que “algunos países emergentes se consumieron la bonanza de la última década –de exceso de liquidez global– y no se prepararon para el futuro, porque usaron los recursos fáciles sin aumentar la productividad con inversión”. En esa lista ubicó a Brasil, que tiene el mayor problema. “Como socios comerciales, para la Argentina ello debe ser motivo de preocupación”, dijo el economista del Deutsche.