Sábado, 2 de noviembre de 2013 | Hoy
En marzo de este año, luego de que la denuncia formal de la Unidad de Información Financiera (UIF) derivara en una serie de allanamientos a domicilios privados, comercios y el Club San Martín de Tucumán, realizados por Procelac con el auxilio de 300 gendarmes, una de las pruebas secuestradas más sorpresivas fueron al menos dos cartas, manuscritas, explosivas. Las había escrito María Jesús Rivero para reclamar a La Chancha por dinero y una serie de destratos a ella y a su hijo, Angelito.
En el reclamo escrito, Rivero desafía a Ale y sus socios: “Aunque pongan 20 francotiradores, 200.000 policías, 1000 negros para que me maten NO LES TENGO MIEDO (sic) (...) No te suba la presión por mi culpa, no te olvides de que en noviembre pasado me dijiste que vaya a la remisería a hablar, apareciste con el revólver vos y tu hijo Fabián. Vos pedías a gritos llamen a la 3ª. Entonces ¿quién bate más a la cana?”. En otro tramo, Rivero defiende a su hijo, quizá de acusaciones o vinculaciones con negocios de su padre: “Que no inmiscuyan a Angelito en nada de esto, a mi hijo lo parí, lo crié y lo cuido yo. (...) No se les ocurra llamarlo, tienen mi teléfono y dirección (digo por si tienen que mandar a alguien que nos acribille) (...) Qué suerte que tuvieron todos esos hijos de mil puta faloperos que vos le tapes el culo (...) La plata mal habida la tienen tus abogados y Fabián con el Pelado Alberto (N. de R.: en referencia a Víctor Alberto Suárez, indagado el jueves) (...) Ayer en la escribanía hacían transferencias de cheques robados y Iara se llevaba $20.000 en la mano. Jaja son tan ignorantes que todo eso tiene cámaras y yo directo me fui a una pantalla a ver qué pasaba jajaja.”
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