Desde Brisbane

Los presidentes de Brasil, Rusia, India, China y Su-dáfrica, integrantes del grupo Brics, manifestaron ayer su preocupación por la dificultad de la economía mundial para consolidar un sendero de crecimiento, a seis años del estallido de la última gran crisis. Los referentes de estos países emergentes se reunieron en el Royal Hotel y emitieron un comunicado en el que les reclamaron a las potencias desarrolladas la implementación de políticas destinadas a fortalecer la demanda global en el corto plazo. También subrayaron que la inversión y las reformas económicas son críticamente importantes para dar un empuje a la demanda y elevar el crecimiento a largo plazo. Otro de los puntos clave del comunicado fue la decepción que manifestaron por la demora en concretar la reforma del FMI aprobada en 2010, pero bloqueada desde entonces por Estados Unidos.

El economista de Goldman Sachs Jim O’Neill fue el primero en utilizar el acrónimo Bric para referirse a Brasil, Rusia, India y China. Lo hizo en un paper publicado en 2001 e insistió con el concepto dos años después. Su hipótesis principal consistió en plantear que esos países emergentes se transformarán en las nuevas potencias económicas en 2050 porque combinan una población numerosa, un extenso territorio y abundantes recursos naturales, lo que les permitió crecer a tasas altas en los últimos años. En la cumbre del G-20 que se realizó en Londres en abril de 2009 estos países hicieron algunos planteos conjuntos y el 16 de junio de ese mismo año se reunieron por primera vez en la ciudad rusa de Ekaterimburgo para coordinar políticas. A cinco años de aquellos encuentros, hoy se muestran más consolidados.

El encuentro de ayer fue encabezado por la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en su condición de titular temporal del grupo, y también contó con la participación de los jefes de Estado de Rusia, Vladimir Putin; de Sudáfrica, Jacob Zuma; de China, Xi Jinping; y el primer ministro de la India, Narendra Modi. “Terminamos el año 2014 frustrados sin ver nuestras expectativas iniciales de recuperación de la economía global”, aseguró Dilma Rousseff.

En el comunicado que difundieron luego aseguraron que “las economías emergentes han estado contribuyendo a la actividad económica global con tasas de crecimiento sostenidas, a pesar de circunstancias adversas y a los impactos de las políticas de las mayores economías avanzadas, sobre todo en materia monetaria”. También manifestaron que están preparadas para enfrentar shocks externos, pero dejaron en claro que el objetivo central debe ser tratar de evitarlos y la principal responsabilidad es de las potencias centrales. Por eso les reclamaron a las potencias políticas para incrementar la demanda agregada.

Otro punto clave del comunicado es cuando se refirieron a la postergada reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI). “Los líderes también reafirmaron su decepción y seria preocupación por la no implementación de las reformas del FMI del 2010 y su impacto en la legitimidad del Fondo y su credibilidad. Exagerados retrasos en ratificar el acuerdo de 2010 están en contradicción con los compromisos conjuntos de los líderes del G-20 desde 2009. En caso de que Estados Unidos falle en ratificar las reformas de 2010 para fin de año, ellos le pedirán al G-20 que programe una discusión de opciones para los siguientes pasos que el FMI se ha comprometido a presentar en enero de 2015”, sostuvieron. La reforma de 2010 les incrementaba su poder de voto en el organismo y en caso de votar de manera conjunta podían llegar al 15 por ciento que se requiere para bloquear una iniciativa. Sin embargo, el congreso de Estados Unidos nunca ratificó ese acuerdo.