Mar 15.04.2008

EL MUNDO  › EL LíDER CONSERVADOR OBTUVO MAYORíA ABSOLUTA EN AMBAS CáMARAS, GRACIAS A SU ALIADO XENóFOBO UMBERTO BOSSI

Berlusconi vuelve con la receta dura para Italia

El magnate de los medios le ganó al centroizquierdista Walter Veltroni y enseguida afirmó que a los italianos “les esperan momentos difíciles y sacrificados”. Revés para la izquierda ortodoxa ArcoIris y sorpresivo ascenso de la Liga Norte.

› Por Peter Popham *

Desde Roma

Silvio Berlusconi celebró un regreso triunfal anoche, al quedar a cargo por tercera vez del gobierno de la séptima mayor economía del mundo. Con un 99 por ciento de los votos escrutados y los votos de sus aliados, el líder del conservador Pueblo de la Libertad (PDL) obtuvo la mayoría absoluta en las Cámaras de Diputados y Senadores. “Sí, hemos ganado”, aseguró ayer Berlusconi. En medio de su inocultable alegría pareció anticipar lo que vendrá. “Nos enfrentamos a meses difíciles que exigen un gran esfuerzo”, añadió. En tanto, el líder del opositor Partido Democrático, Walter Veltroni, reconoció la derrota, pero el peor trago se lo llevó la izquierda comunista. Por primera vez en la historia no estará representada en el Parlamento, mientras que la xenófoba y oficialista Liga del Norte duplicó sus votos y ahora tiene una posición de fuerza ante Berlusconi.

En Diputados, la coalición berlusconiana integrada por el PDL, la Liga Norte (LN) y el sureño Movimiento por la Autonomía logró el 46,7 por ciento de los votos, lo que le aseguró 340 escaños, la mayoría absoluta. El PD e Italia de los Valores, del ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro, lograron el 37,7 por ciento de los votos, lo que se traduce en 241 asientos, mientras que el centrista democristiano UDC, de Pier Ferdinando Casini, obtuvo el 5,6 por ciento de los votos, lo que suponen 34 escaños. La Izquierda ArcoIris, la alianza de los partidos comunistas italianos y los verdes, no pudo ingresar al Parlamento al obtener el 3,1 por ciento, mientras que la ley exige el 4 por ciento.

En el Senado, la lista de Berlusconi logró el 47,3 por ciento de los votos, lo que supone 167 senadores, por encima de la de Veltroni, que alcanzó el 38,1 por ciento, unos 137 senadores, y la UDC, el 5,7 por ciento, 2 senadores. La Izquierda ArcoIris tampoco sobrepasó el piso mínimo exigido en esta cámara. En conclusión, los conservadores se hicieron con 12 regiones en el Senado, mientras que los progresistas de Veltroni ganaron en seis.

Aunque todavía se necesita escrutar los votos de los italianos en el extranjero, que eligen 12 diputados y seis senadores, esos sufragios no influirán en la mayoría lograda por Berlusconi. En tanto, los resultados de la circunscripción sudamericana recién se conocerán hoy el mediodía, dijo María Rosa Arona, candidata por el PD. Desde Roma le comunicaron a Arona que durante el escrutinio de los primeros 30.000 votos se detectaron muchas irregularidades, por lo que se paralizaron los cómputos. “Hay boletas con colores diferentes a los que correspondían y muchas tienen letra similar en la franja donde había que escribir”, denunció.

Con 71 años de edad, Berlusconi es el tercer hombre más rico de Italia y el propietario de la mayoría de los canales de televisión comercial. Dos años después de haber sido derrotado por escasos votos ante la centroizquierda, ahora comenzará su tercer mandato con un apoyo más poderoso en el senado que su predecesor, Romano Prodi, y por lo tanto con más posibilidades de gobernar durante los cinco años que dura el período. “La izquierda puso de rodillas al país”, señala el manifiesto del Pueblo de la Libertad, un partido en el se fusionó Forza Italia con la postfascista Alianza del Norte, dirigida por Gianfranco Fini.

El nuevo premier hizo campaña con un programa de siete puntos, entre los cuales figuró “el relanzamiento de la economía” –su promesa de lograr que la economía paralizada de Italia se ponga nuevamente en marcha–, mejorar la seguridad y la justicia, apoyo para el sur del país –de un rendimiento pobre crónico– y el federalismo, la reivindicación distintiva de su aliado principal, la LN. Con el aumento de la representación de ese grupo, su exigencia clave de federalismo probablemente será mayor.

En cambio, los resultados fueron un golpe para el centroizquierda. Poco después de las 8 de la noche, Veltroni asumió la derrota al comunicarles a sus seguidores que había llamado por teléfono al magnate de los medios para felicitarlo, “como es la costumbre en las democracias occidentales”. No obstante, Veltroni cuestionó el futuro de la coalición ganadora. “No sé cuánto puede durar esta nueva mayoría. El Pueblo de la Libertad tendrá que sortear las contradicciones causadas por no querer elegir entre ser un partido y ser meramente una coalición electoral”, añadió. El ex alcalde de Roma también se defendió contra acusaciones de que su decisión de separarse de la izquierda como de los socialistas y postularse con un partido sólo, envió al centroizquierda a la derrota. “Nuestra decisión de postularnos solos abrió una nueva estación política en Italia” dijo.

Por su parte, Umberto Bossi, el socio de Berlusconi en la coalición, cuyo éxito fue crucial para darle una decisiva victoria a Berlusconi, negó que fuese a condicionar al nuevo primer ministro. “Amamos a Berlusconi”, dijo. “Somos amigos. Hemos armado nuestro programa juntos y mantendremos nuestro pacto con él, no conocemos la palabra ‘rehén’”, agregó.

Los opositores y los críticos de Il Cavaliere que advirtieron sobre la presunta incapacidad para gobernar del líder conservador ahora deben contemplar la posibilidad de otro largo período de dominio de Berlusconi. Se cree que podría ingeniárselas para ser el amo de la nación incluso durante los próximos 12 años: circuló la versión de que, una vez que termine su mandato como premier, se las arreglará para terminar su carrera como presidente, cuyo período dura siete años. Si ese escenario sucediera, Berlusconi dominaría la vida política italiana hasta el 2020.

La elección de ayer –llevada a cabo tres años antes que terminara el período de Romano Prodi como primer ministro por la renuncia de un aliado centrista y un voto negativo de confianza en enero– fue una prueba de fuego para Veltroni, quien reemplazó a Prodi como jefe del centroizquierda. En cuatro meses creó el PD, un intento al estilo del ex premier británico Tony Blair de unir a los liberales y los socialdemócratas anteriormente leales a la Democracia Cristiana y a una fracción del Partido Comunista, en una nueva formación moderada.

Sin embargo, Berlusconi demostró que su atractivo sigue siendo tan fuerte como siempre. Queda por ver si puede transformar la sombría suerte de Italia y obligar a sus críticos a que se traguen sus palabras.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux