Jueves, 11 de septiembre de 2008 | Hoy
EL MUNDO › MENSAJE DE LA PRESIDENTA CHILENA POR EL 35° ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE SALVADOR ALLENDE
En la víspera de un aniversario que siempre polariza a la sociedad chilena y con la efervescencia política en alza por la proximidad de las elecciones municipales, la mandataria socialista llamó a la unidad nacional.
Por Christian Palma
Desde Santiago
Transcurridas tres décadas y media desde que el presidente Salvador Allende fuera derrocado por la junta militar en Chile, aunque con matices, todavía quedan resabios de la polarización que se vivía en esos convulsionados años. Residuos rancios, añejos, que cada 11 de septiembre salen a relucir en este país marcado actualmente por una mitad que está atenta a la coyuntura política debido a la proximidad de las elecciones municipales –y a la posibilidad cierta de que la derecha asuma el poder en el 2010– y otra más joven con un claro sello apolítico y que lleva el cambio generacional en sus espaldas.
En este convulsivo escenario –azuzado en parte por cierta prensa de oposición–, la presidenta Michelle Bachelet rechazó las eventuales acciones de violencia que cada año colorean de rojo y gris la noche previa al día en que Chile perdió su cauce democrático y republicano en manos de los militares encabezados por el difunto dictador Augusto Pinochet.
“Mucha gente malamente cree que rememorar el 11 de septiembre es justamente actuar con la violencia que nosotros repudiamos el 11 de septiembre de 1973. Llamo por un lado a la tranquilidad, al derecho legítimo de quienes quieran conmemorar el 11 de septiembre, pero hacerlo en democracia, en paz..., espero que se privilegien sobre todo la democracia y el derecho de las personas y que, en la medida de lo posible, seamos capaces de unirnos tras un objetivo común de país”, sostuvo Bachelet en un mensaje que desde 1990 vienen repitiendo los mandatarios de la Concertación, sin mayores resultados.
En esa línea, el subsecretario del Interior, Felipe Harboe –considerado un duro para combatir la delincuencia y el hampa–, advirtió que ya están listos los operativos de seguridad (la detonación de una bomba en un barrio acomodado de Santiago y la detención de personas con propaganda que llamaba a la violencia iniciaron el martes la previa del 11). Sin embargo, apeló a la conciencia ciudadana y pidió a todos los sectores productivos y de transporte “no generar una sensación de inseguridad”, como ha sido la tónica en estos últimos días.
“Los padres y adultos deben evitar que niños que nada conocen del año ’73 participen en estas manifestaciones”, agregó resaltando que para evitar enfrentamientos en las fuerzas de orden y manifestantes, que el año pasado tuvieron como resultado la muerte del cabo de Carabineros Cristián Vera, es necesaria la cooperación de toda la población.
La derecha, que en la víspera prefiere guardar silencio por el lastre que significa ser relacionada con Pinochet, sacará la voz recién hoy –muy en su estilo– cuando las inevitables protestas y enfrentamientos den para criticar el accionar del aparataje antidisturbios del gobierno, tratando de sacar algún rédito más en su loca carrera por llegar a La Moneda.
Desde un ángulo diametralmente opuesto, cuatro jóvenes diputados –de no más de 40 años como promedio de edad– realizaron ayer una transversal e histórica reunión donde anunciaron un nuevo ciclo para la política chilena. Así, Marco Enríquez Ominami, del Partido Socialista (PS), Marcelo Forni y José Antonio Kast, de la opositora Unión Demócrata Independiente (UDI), y Alvaro Escobar (Independiente), junto a jóvenes dirigentes, destacaron el inicio de una nueva era política y el deseo de muchos de poner la lápida a la transición.
Respecto de la marcha por la calle Morande 80, donde está la mítica puerta de La Moneda por donde entraban los presidentes de Chile hasta antes de 1973 (clausurada luego por Pinochet y reabierta con Ricardo Lagos), el ministro vocero de Gobierno, Francisco Vidal, dijo que las delegaciones autorizadas podrán hacerlo a partir de las 8 de la mañana de hoy, pero que la Intendencia aún está estudiando si autoriza el paso de la tradicional marcha –liderada por el Partido Comunista– que rinde honores al presidente Allende en el Cementerio General, la cual, de ser visada, sería el próximo 14 de septiembre.
“El gobierno va a hacer todo lo posible por equilibrar el legítimo derecho de miles de chilenos de marchar recordando a Allende un 11 de septiembre, en este caso el 14, pero también resguardando los símbolos de este país, del cual el presidente Allende hizo mérito, se defendió en esta casa hasta el último día y en consecuencia el gobierno no va a aceptar que en esta casa donde murió Allende hasta el último día, se le ataque”, sostuvo.
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