A su ritmo, en su medida y armoniosamente, Néstor Kirchner está recuperando el protagonismo político de otros tiempos. Su agenda de esta semana había comenzado el lunes con una reunión con el moyanismo de la CGT y ayer siguió con un grupo de intendentes de la provincia de Buenos Aires. El encuentro fue ayer a la tarde en la quinta de Olivos, Kirchner estuvo acompañado por el ministro del Interior, Florencio Randazzo. En la conversación, que duró una hora, el ex presidente exhortó a trabajar por la candidatura de Alberto Balestrini como presidente del PJ bonaerense. También pidió apoyar al gobernador Daniel Scioli. Sentado en la sala de conferencias de Olivos, Kirchner dedicó un cuidado especial a descomprimir los temores de los intendentes. Dijo que los niveles de recaudación están bien y que el Estado cuenta con fondos para enfrentar el cronograma de pagos de la deuda en 2009 y al mismo tiempo financiar las obras públicas pendientes. “Tenemos que trabajar en la gestión diaria y contarle a la gente lo que hacemos”, arengó.

Los intendentes que desfilaron por Olivos pertenecen a la primera y segunda sección electoral. Para muchos de los que fueron a la reunión, se trató de una de las primeras oportunidades en que pudieron conversar cara a cara con el ex presidente. Entre los presentes habían varios intendentes de municipios con predominio agrícola, que obviamente se habían visto muy afectados por el debate sobre las retenciones móviles. La lista de los jefes comunales incluía a Stella Giroldi (Campana), Carlos Caló (General Las Heras), Graciela Rosso (Luján), Carlos Selva (Mercedes), Daniel Bolinaga (Arrecifes), Aldo Carossi (Baradero), Oscar Ostoich (Capitán Sarmiento), Marcelo Skansi (Carmen de Areco), Luis Guione (San Andrés de Giles), Marcelo Garignani (San Nicolás), Enrique Slezack (Berisso) y Alberto Gelené (Las Flores), entre otros.

Varios de esos distritos fueron el epicentro de las protestas contra las retenciones. Por eso, cuando Kirchner hizo su balance sobre la puja con los ruralistas, los intendentes se sorprendieron con una autocrítica del ex presidente. “Algo hemos hecho mal. En lugar de hacer lo que hacíamos siempre, que era comunicarnos con la gente y explicar las medidas para luego tomar las decisiones, hicimos al revés. Con las retenciones tomamos una medida y luego tratamos de explicarla”, fue el mea culpa de Kirchner. La explicación cayó bien entre los intendentes. Tras el balance, Kirchner habló sobre el futuro. “Los funcionarios del Gobierno van a ir a los distritos para tener más contacto directo con los municipios”, prometió.

La reunión en Olivos comenzó a las 17. Pero la visita de los intendentes había comenzado horas antes en la Casa Rosada. A las 12, la delegación de los caciques comunales se reunió con Randazzo y el secretario de Obras Públicas, José López. En la charla se hizo un repaso detallado de las obras públicas que están pendientes en cada distrito. El de-sembarco de los intendentes siguió con otra reunión, esta vez con el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, y el titular de la Aduana, Ricardo Echegaray. Allí se conversó sobre la problemática agraria de cada zona. Durante el desfile por la Rosada, los intendentes también pidieron una mayor provisión de energía para facilitar la instalación de varias fábricas.