La segunda vuelta de los comicios municipales en Brasil era vital para el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), donde ayer estaban en juego las tres ciudades más importantes del país: San Pablo, Belo Horizonte y Río de Janeiro. El PT consiguió las alcaldías de Belo Horizonte y la de un aliado en Río (por escaso margen), pero los resultados no fueron favorables al presidente Luiz Inácio Lula da Silva en el territorio paulista, lo que se suma a las derrotas que sufrió en las ciudades de Salvador de Bahía y Porto Alegre, en las cuales el PT ha sido tradicionalmente muy fuerte.

A medida que avanzaba el escrutinio, en el PT veían como perdían la alcaldía de San Pablo, la ciudad financiera, industrial y económicamente más poderosa de Brasil. Según los datos oficiales, el actual alcalde paulista, el derechista Gilberto Kassab, del opositor Partido Demócrata (DEM), retuvo su cargo con el 60,72 por ciento de los votos.

En representación del PT, la ex alcaldesa paulista, Martha Suplicy, no consiguió el respaldo popular y se quedó con el 39,28 por ciento. Sin ser explicativo del importante margen que logró el candidato vencedor en San Pablo, un dato a señalar es el elevado número de abstenciones que se registró en este distrito electoral, cifra que alcanzó los 1.438.355 de sufragios.

En Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais y segunda ciudad más poderosa de Brasil, los números se inclinan a favor del candidato Marcio Lacerda, del Partido Socialista Brasileño (PSB). Apoyado por una coalición de izquierda que incluyó al PT y al Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB), Lacerda alcanzó la victoria con un 59,12 por ciento de los votos. En esta provincia del sudeste del país resultó derrotado Leonardo Quintao, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), con un 40,88 por ciento.

Mucho más ajustada fue la definición en Río de Janeiro, donde también se impuso el candidato respaldado por el presidente Lula. En Río de Janeiro, el PT optó por jugar con el candidato del PMDB, pero este apoyo no se repitió en las otras ciudades en las que también se llevaba adelante la segunda vuelta de las municipales, como San Pablo, Salvador de Bahía, Porto Alegre o Belo Horizonte.

Siendo la segunda ciudad en cantidad de votantes, la alcaldía de Río quedó en manos del candidato del PMDB, Eduardo Paes, que logró el 50,83 por ciento de los sufragios. Con apenas 5225 votos de diferencia entre ambos, la derrota le correspondió al ambientalista y ex guerrillero Fernando Gabeira, del Partido Verde (PV), con el 49,17 por ciento.

En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul y considerada un bastión del PT, el oficialismo sufrió otro traspié. Se trata de la segunda elección consecutiva en la que los petistas no logra la alcaldía, luego de haberla gobernado durante 16 años, tiempos en los que fue impulsora del Primer Foro Social Mundial. El actual alcalde y candidato del PMDB, José Fogaça, obtuvo la reelección en su cargo tras lograr el 58,95 por ciento de apoyo popular. Bastante alejada, la representante del PT, Maria do Rosário, cosechó el 41,05 por ciento y no pudo recuperar la preeminencia del oficialismo en esta ciudad relevante del sur brasileño.

Otro importante reducto oficialista es Salvador de Bahía, la cuarta ciudad más populosa y una de las principales capitales del nordeste de Brasil. Sin embargo, el electorado bahiense sorprendió a la dirigencia del PT, distrito donde también salió vencido por el candidato del PMDB.

La alcaldía de Bahía finalmente quedó en manos de Joao Henrique (PMDB), que venció a su rival con el 58,46 por ciento de los votos. Walter Pinheiro, candidato que impulsado por el PT, fue derrotado con el 41,54 por ciento del electorado a su favor.

A más de dos años de la elección presidencial de 2010, estos comicios municipales van pintando el escenario político brasileño, señalando localidades en las que el oficialismo se ha consolidado y otras en las que deberá plantear nuevamente su estrategia para reconquistar a los votantes de sus tradicionales bastiones electorales.