El presidente derrocado Manuel Zelaya aceptó ayer analizar una nueva propuesta de la dictadura hondureña en la mesa de diálogo. Después de varios días de parálisis, los negociadores de Roberto Micheletti presentaron un nuevo plan. “Proponemos que las comisiones de diálogo, ejercitando su derecho constitucional de petición, acudan ante quien corresponda, al amparo de las garantías procesales que establece el estado de derecho”, leyó ayer la golpista Vilma Morales, desde el hotel donde se instaló la mesa de diálogo hace dos semanas. Pasado en limpio, la propuesta es que Zelaya lleve sus demandas a la Justicia hondureña y que sea ese poder el que decida su restitución en la presidencia. Acosado por las críticas de la dictadura que lo acusa de haber congelado las negociaciones, Zelaya no rechazó de entrada el nuevo plan golpista. “El diálogo se reanuda hoy (por ayer). Hay una nueva propuesta y la vamos a analizar, no tengo respuesta sobre si vamos a aceptarla o no”, informó desde el mismo hotel Rodil Rivera, miembro del equipo zelayista. Pero en el entorno cercano al mandatario derrocado ya adelantaban que la propuesta no tenía futuro. Durante los más de cien días que ya lleva la dictadura en el poder, los abogados zelayistas presentaron cerca de media docena de recursos de amparo y de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema, tribunal que en principio apoyó el golpe y luego ignoró sistemáticamente los recursos presentados por los zelayistas. La Corte quedó tan vinculada con el golpe que hasta el Departamento de Estado incluyó a todos los jueces del tribunal en la larga lista de golpistas que vieron suspendidas sus visas a Estados Unidos. A esa Justicia propuso ayer Micheletti encargar la resolución de la crisis hondureña.