Miércoles, 18 de noviembre de 2009 | Hoy
EL MUNDO › EL ESTADO DE LA RELACIóN ENTRE ESTADOS UNIDOS Y EL GIGANTE ASIáTICO
Barack Obama y su colega chino, Hu Jintao, se comprometieron a aumentar su cooperación, aunque quedaron de manifiesto divergencias significativas en aspectos clave como los derechos humanos y la economía.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su colega chino, Hu Jintao, se comprometieron a aumentar su cooperación, aunque quedaron de manifiesto diferencias significativas en aspectos clave como los derechos humanos y la economía. Ambos mandatarios se reunieron ayer durante tres horas en Beijing para tratar una amplia agenda con asuntos como la economía, la lucha contra el cambio climático, los derechos humanos y la no proliferación nuclear.
Obama logró un sonado éxito en su “operación de seducción” de la opinión pública china, encantada con el estilo del presidente estadounidense, que contrasta con la rigidez de las jerarquías comunistas. Ayer, los analistas, asombrados, destacaban el carisma, la seguridad en sí mismo y la elocuencia del joven mandatario.
Después de la reunión bilateral se presentaron ante los medios y ambos dignatarios se deshicieron en elogios sobre su relación, que “nunca ha sido más importante” ni más esencial para resolver los problemas globales, en palabras de Obama. En lo que respecta al cambio climático, ambos resaltaron su compromiso para lograr el éxito de la reunión de Copenhague, el mes próximo, contra el calentamiento global. La economía ocupó gran parte de las dos horas en la conversación que mantuvieron los mandatarios. Hubo un revuelo de optimismo en los mercados cambiarios ante la posibilidad de que China aprovechara la ocasión de la visita de Obama para anunciar que permitiría una subida en su divisa para nivelarla a algo más adecuado para la emergente potencia asiática. Estas esperanzas todavía existían ayer, cuando el mandatario estadounidense y su contraparte, Hu Jintao, finalizaron su reunión, pero se disiparon cuando terminaron de hablar con la prensa.
A nivel comercial, las relaciones bilaterales son tensas en los últimos meses, con una serie de investigaciones antidumping lanzadas por ambas partes, o arancelarias, como las decididas por Estados Unidos contra los neumáticos chinos. En lo que respecta al yuan, otro tema de fricción, Obama manifestó su satisfacción ante “las declaraciones realizadas” por China en favor de una tasa cambiaria más guiada por el mercado “cuando llegue el momento”. Los chinos no mencionaron el tema divisas para nada.
Sus declaraciones muestran matices entre las dos grandes potencias, cada vez más interdependientes económicamente y cuyo peso es crucial en las grandes crisis mundiales.
Como los dos principales productores y consumidores de energía, y principales emisores de gases contaminantes, afirmó Obama, los dos países apoyan un acuerdo que tenga “un efecto operacional inmediato” y que, como lo propuso el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, aborde todos los aspectos del problema. Hu dijo que tanto su país como Estados Unidos se encuentran de acuerdo en ampliar el diálogo sobre medio ambiente y energía, tras una bilateral con su colega estadounidense, Barack Obama.
Según explicó Hu Jintao, China y Estados Unidos buscarán el éxito de la cumbre de Copenhague sobre cambio climático de acuerdo con las “responsabilidades” y “capacidades” de cada país.
Una de las prioridades del líder estadounidense en esta visita era persuadir a su colega chino, después de haber obtenido aparentemente el respaldo del ruso Dimitri Medvedev, de respaldar la posibilidad de sanciones si Irán continúa sin responder a las ofertas internacionales.
Estados Unidos y China advirtieron a Irán que deberá asumir “las consecuencias” de un bloqueo en la negociación sobre su programa nuclear, declaró Obama. “Nos hemos puesto de acuerdo en que la República Islámica de Irán debe dar garantías a la comunidad internacional de que su programa nuclear es pacífico y transparente”, dijo Obama a la prensa. “Irán tiene la oportunidad de presentar y demostrar que sus intenciones son pacíficas, pero si no aprovecha esta oportunidad, habrá consecuencias”, advirtió Obama.
China siempre se ha mostrado muy reticente a las sanciones contra Irán. Sin embargo, Beijing y Washington señalaron “su preocupación ante los últimos acontecimientos relativos al programa nuclear iraní”.
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