EL MUNDO › SIGUE LA HUELGA GENERAL EN VENEZUELA
Polvorín de petróleo
La oposición extendió “por tiempo indefinido” la huelga que ya lleva una semana. Ya se siente la falta de combustible en Caracas y Hugo Chávez denunció “un golpe como el de abril”.
La huelga general contra el presidente Hugo Chávez entró ayer en su séptimo día consecutivo y empezó a golpear en las estaciones de servicio sobre todo en Caracas, luego de que la oposición centrara la medida de fuerza en la petrolera estatal, Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Se teme más violencia por la radicalización de posiciones entre el gobierno y la oposición, que ayer anunció que el paro seguirá indefinidamente y convocó a cacerolazos y manifestaciones en todo el país. Según los sindicatos opositores, la industria petrolera venezolana está paralizada en un 80 por ciento. Por su parte, Chávez afirmó que “está en marcha un plan para derrocar al gobierno legítimamente constituido, con ramificaciones internas y externas”. En un cementerio de la capital enterraron ayer a las tres víctimas del tiroteo contra una concentración opositora el viernes a la noche en la Plaza Altamira.
Desde su programa radial de los domingos, “Aló, presidente”, Chávez afirmó que un plan “de gruesas dimensiones” está en marcha para derrocar a su gobierno, “con ramificaciones internas y externas, con el mismo formato golpista-fascista de abril”. Además, responsabilizó a sus opositores por el tiroteo del viernes en la Plaza Altamira y les recordó que no dará el brazo a torcer: sólo aceptaría un referendo revocatorio de su mandato cuando cumpla la mitad de su período, en agosto del año que viene, como lo estipula la Constitución. A sus seguidores les dijo que se vuelquen “a las calles” para “conjurar el paro”.
Vestido con el uniforme de los trabajadores petroleros, el presidente llamó a defender la industria petrolera del país, que es el quinto exportador mundial. Y acusó a sus opositores de atentar contra “el corazón de la economía venezolana” para reeditar el golpe de Estado que lo sacó del poder el 12 de abril por 47 horas. A diferencia de entonces, Chávez tiene el respaldo del Comando del Ejército y del Alto Mando Militar. Por orden suya, el ejército se desplegó en las principales plantas de Pdvsa, para proteger a la empresa estatal que aporta el 80 por ciento de las divisas que entran al país. Pero Chávez fracasó en su intento de tomar al “Pilin León”, el buque rebelde petrolero que está anclado mar adentro y es el foco de la huelga. El ejército ordenó tomarlo pero volvió a la costa con las manos vacías: invocando las leyes marítimas, la tripulación se negó a entregar el barco a oficiales no calificados.
“Estamos preparados para continuar con esta pelea en las calles. La situación se va a agravar porque cada día se suman más sectores y el lunes la situación será más dramática”, dijo ayer Manuel Cova, secretario general de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), que convocó al paro junto a la cúpula empresarial y los partidos opositores. A pesar de las tensiones, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, sigue con su trabajo de mediación. Pero admitió que la solución al paro “no está cerca”. Según los analistas venezolanos, las duras posiciones que mantienen las partes y la escasez de petróleo impiden una salida a la crisis de gobierno. Para el analista Luis Vicente León, la crisis sólo se solucionaría con “una salida cívico-militar” como el golpe de abril o la negociación de un adelanto de elecciones.
En medio del conflicto, el capitán de corbeta Miguel Yilales Arteaga se sumó ayer a la “desobediencia” que mantienen más de cien militares en la Plaza Altamira de Caracas, donde el viernes murieron tres personas y hubo 29 heridos. Además, el transporte de carga del río Orinoco, el más importante de Venezuela, se adhirió ayer al paro general. Mientras, sectores de la Iglesia y organismos internacionales insisten con una salida electoral pacífica y pactada en la mesa de negociaciones que preside Gaviria.