CRISIS SOCIAL, LA NEGOCIACION CON EL FMI Y LA DEMOCRACIA
“En Europa sería peor”
Legisladores del Parlamento Europeo que estuvieron en el país evaluaron que una crisis de la profundidad de la argentina tendría como consecuencia gobiernos fascistas en el Viejo Continente.
Por Cledis Candelaresi
Conmovidos por las imágenes de la desnutrición infantil que recorrieron el mundo, un grupo de miembros del Parlamento Europeo visitó la Argentina la última semana. Los diputados se fueron con la promesa de enviar ayuda humanitaria y seguir reclamando al FMI la firma de un acuerdo. El alemán Rolf Linkhor, presidente de la delegación, dialogó con Cash poco antes de retornar a Bruselas, y luego de recorrer hospitales tucumanos, contactar organizaciones piqueteras y entrevistar, entre otros funcionarios, al canciller Carlos Ruckauf y al ministro de Economía Roberto Lavagna, de quien habla maravillas.
¿Cómo los impresionó la situación social?
–Ya tuvimos noticias en Europa de que la situación social iba de mal en peor. La crisis en Tucumán es tema de muchos periódicos europeos y queríamos ver con nuestros propios ojos el problema. Yo creo que no es nuevo: ya existía en décadas pasadas, en particular, en las afueras de las ciudades, donde se fue acumulando gente pobre y sin educación. Lo grave es que Argentina no sólo pierde en las estadísticas sobre Producto Bruto, sino que pierde cerebros, vidas. Y la verdadera riqueza del país no son las vacas sino las personas.
¿Por qué la situación de Tucumán es tan crítica? ¿Faltan recursos al Estado para asistir a los más pobres o el dinero está mal administrado?
–Ciertamente, faltan recursos. A la administración es difícil juzgarla después de una sola visita. Pero mi impresión es que falta cooperación entre la Nación y las provincias, y que las instituciones son muy débiles. Hay iniciativas privadas que no prosperan porque sus autores no creen en el Estado. Varios nos dijeron en estos días que si queríamos ofrecer una ayuda económica, lo hiciéramos directamente, sin que los recursos pasen por el Estado nacional o provincial.
¿Quiénes son los que pretenden por afuera de las instituciones?
–Hay personas individuales u organizaciones no gubernamentales que se quejaron ante nosotros por el mal funcionamiento del Estado. Mi visión es que Argentina debe mejorar sus instituciones, y no sólo en Tucumán. Es imprescindible que ganen credibilidad.
¿Y por qué las instituciones no son creíbles?
–El problema argentino no es sólo con el Fondo Monetario Internacional, o sus conflictos comerciales con la Unión Europea o los Estados Unidos. Esos también son problemas. Pero el fundamental es el mal funcionamiento de las instituciones y la falta de justicia social. Es imprescindible intrumentar más solidaridad social a través del Estado.
¿Cómo se puede concretar la solidaridad social en el caso argentino? ¿Con un sistema impositivo más progresivo y gastando mejor los recursos públicos?
–Cualquiera de esas medidas deben surgir del consenso entre los dirigentes políticos. Cuando hay una crisis de envergadura, es muy importante que haya instituciones fuertes y un sistema social más justo. El problema social puede enfrentarse de dos maneras. Una es a través del asistencialismo, que entraña el riesgo de derivar en clientelismo. Otra es garantizar efectivamente derechos básicos. Los ciudadanos no tienen directamente derecho a la riqueza. Pero sí a igualdad de oportunidades para conseguirla. Un Estado debe garantizar este derecho. En Europa o en Argentina.
¿El adelantamiento de las elecciones en la Argentina ayuda a recuperar la fe en las instituciones o la deteriora aún más?
–Prefiero no opinar sobre esta cuestión puntual. Pero yo creo que ustedes, con todos sus problemas, se mueven en la democracia. Tal vez sea un poco formal y pueda ser mucho más participativa. Pero funciona. En Europa sería peor. Esto me da esperanza de que Argentina salga de la crisis. Yo recomendaría que no sólo se hable del FMI sino también de losproblemas políticos internos que tiene la Argentina, de cómo puede mejorar sus instituciones.
¿Qué debería hacer Argentina para que sus instituciones sean más creíbles?
–Tener más transparencia. ¿De dónde viene el dinero para financiar las campañas políticas? Eso, como otras tantas cosas, hay que saberlo.
¿Qué impresión le causó el ministro Roberto Lavagna?
–Es un hombre muy hábil. Muy correcto. Tiene buena fama en Europa. Ha sido un placer discutir con él y creo que puede ser muy útil para Argentina. Ustedes necesitan gente experimentada y correcta que tenga buena imagen en el exterior. Y él la tiene.
¿Para reinsertarse en el mundo Argentina tiene necesariamente que retomar el repago de su deuda?
–Sí. Pero no de inmediato, porque ahora no puede pagar. De cualquier manera, Argentina no va a pagar toda la deuda y, seguramente, habrá que buscar otros mecanismos para enfrentar las obligaciones.
¿Le parece válido discriminar deuda legítima de la ilegítima?
–Es difícil hacer esa distinción. Pero es claro que si el capital argentino que está fugado retornara al país, Argentina podría pagar su deuda inmediatamente.