EL MUNDO › POR UN VOTO, EN EL CAPITOLIO, TURQUíA RETIRó A SU EMBAJADOR EN EE.UU.

Tensión en Ankara por el genocidio armenio

El gobierno turco llamó a consulta a su embajador en Washington y exigió al gobierno de Estados Unidos que bloquee una resolución que califica de “genocidio” las masacres de armenios durante el Imperio Otomano, votada el jueves por una comisión del congreso estadounidense.

Ankara advirtió que el texto no facilitará la reconciliación con Armenia. La administración estadounidense respondió asegurando que “trabajará muy duro” para bloquear la resolución.

La aprobación el jueves de dicha resolución en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes demuestra que el gobierno estadounidense “no insistió suficientemente” en sus esfuerzos para impedir su adopción, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, agregando que su gobierno estaba “sumamente afectado”. “Esperamos que la administración norteamericana realice esfuerzos más eficaces de ahora en adelante” para impedir que la resolución sea sometida al voto de la Cámara de Representantes, señaló en conferencia de prensa. Turquía llamó a consulta a su embajador en Washington, inmediatamente después de la votación de la comisión, por 23 votos contra 22.

El texto, que no tiene fuerza de ley, pide al presidente estadounidense, Barack Obama, que “califique de manera precisa el exterminio sistemático y deliberado de 1.500.000 armenios, como genocidio”. La resolución puede ser sometida ahora a voto en el plenario de la Cámara de Representantes, pero la dirección demócrata de la asamblea hasta ahora no se ha comprometido a hacer adoptar la resolución.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, se esforzó en disipar las inquietudes turcas anunciando el viernes que la administración del presidente Barack Obama trabajaría para bloquear el texto. “Trabajaremos muy duro para evitar que (el proyecto) llegue al plenario de la Cámara de Representantes”, declaró a los periodistas.

Davutoglu indicó que Turquía, socio estratégico de Estados Unidos en Oriente Medio y miembro de la OTAN, iba a evaluar eventuales medidas de represalia, aunque no entró en detalles. Simplemente indicó que las consultas con su embajador “podrían durar bastante”.

El presidente turco, Abdulá Gul, estimó que la resolución tiene como objetivo torpedear el proceso de normalización. “Esta decisión no es más que una falta de apreciación e incluso un hachazo a los esfuerzos de paz de Turquía”, declaró citado por la agencia de prensa Anatolia. En octubre, los dos países vecinos firmaron dos acuerdos que preveían el inicio de relaciones diplomáticas y la apertura de la frontera común, pero sus parlamentos no acaban de ratificarlos.

Armenia, en cambio, aclamó la resolución, que constituye, según el ministro de Relaciones Exteriores, Eduard Nalbandian, “un paso importante hacia la prevención de crímenes contra la humanidad”.

Los armenios, con una importante diáspora en Estados Unidos, presionan por que sean reconocidas como “genocidio” las masacres y deportaciones en las que más de un millón y medio de armenios perdieron la vida entre 1915 y 1917.

Turquía reconoce la muerte de 300.000 a 500.000 personas, pero alega que no fueron víctimas de una campaña de exterminio sino del caos de los últimos años del Imperio Otomano. Rechaza pues la noción de “genocidio” reconocida por Uruguay en 1965, el Parlamento Europeo en 1987, Francia en 2001, Canadá en 2004, Venezuela en 2005 y Argentina en 2007.

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Nacionalistas turcos gritan consignas contra EE.UU. en Estambul.
Imagen: EFE
 
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