Martes, 30 de marzo de 2010 | Hoy
EL MUNDO › LA DERECHA RECUPERó CUATRO REGIONES EN LAS ELECCIONES DE AYER
Si bien el gran triunfador fue el abstencionismo, por el desencanto con toda la clase política, la derecha logró evitar lo que pintaba como una derrota histórica y ayer se impuso en seis de las trece regiones en disputa.
Tras dos días de elecciones regionales en Italia, el centroderecha, liderado por el premier Silvio Berlusconi, logró alzarse con la victoria en seis de las trece regiones, arrebatándole a la izquierda la dirigencia de cuatro de ellas: Calabria, Campania y las determinantes Lazio y Piamonte. Con casi el ciento por ciento de los votos escrutados en la mayoría de las divisiones regionales, el centroderecha cierra estas elecciones con un claro aumento en su liderazgo, teniendo en cuenta que tan sólo dos regiones estaban en su poder tras las elecciones del 2005. Aunque el centroizquierda, liderado por el Partido Democrático (PD), de Pierluigi Bersani, quedó al mando de siete de las regiones, el resultado demostró la incapacidad de su partido para aprovechar el declive en la popularidad del premier.
El centroderecha de Il Cavaliere logró remontar lo que parecía irremontable. Lo que en un principio parecía a todas luces una clara victoria por parte de las formaciones del centroizquierda –proclamada incluso por el vicesecretario del PD, Enrico Letta, instantes después de cerrar los colegios y cuando aún sólo se tenían proyecciones de votos– terminó por convertirse en un importante giro para la coalición dirigida por Il Cavaliere.
La clave estuvo en las regiones de Piamonte y Lazio, donde la lucha fue muy ajustada en todo momento y donde sólo a última hora se supo que el centroderecha italiano logró invertir la tendencia de voto castigo que muchos vaticinaban. En el Piamonte, la actual gobernadora, Mercedes Bresso, terminó cediendo el poder ante el aspirante de la xenófoba y aliada de Berlusconi Liga Norte, donde el dirigente Roberto Cota fue el artífice de un vuelco histórico en el signo político de la región, logrando la victoria con un ajustado 47,6 por ciento de los votos.
En la región de Lazio, que contó con un índice de abstención cercano al 12 por ciento, las candidatas del centroizquierda Emma Bonino y del centroderecha Renata Polverini mantuvieron muy cortas las distancias durante toda la jornada. Sin embargo, en el último recuento Polverini logró la victoria con un 50,2 por ciento, sobre el 48,80 logrado por su contrincante.
“Es inútil jugar con los números: hay que decir, con honestidad intelectual, que este partido lo ganó la derecha”, reconoció el líder de la opositora Italia de los Valores, Antonio Di Pietro, en declaraciones a la RAI de italia. Por su parte, el dirigente del PD, Bersani, informó que comentará el resultado en las próximas 24 horas.
A falta de la confirmación oficial definitiva con el total de los votos escrutados, el mapa de las trece regiones que concurrieron a los comicios queda así: el centroizquierda ganó en Liguria, Emilia-Romaña, Umbría, Basilicata, Toscana, Las Marcas y Apulia, mientras que el centroderecha venció en Lombardía y Véneto –las dos únicas que tenía bajo su poder tras las elecciones regionales de 2005– más las sureñas Campania y Calabria, la norteña Piamonte y la capitalina Lacio.
En el Véneto, el ministro de Agricultura, Luca Zaia, de la Liga Norte (LN), se hizo con la victoria con un 60,1 por ciento de los votos, al tiempo que Roberto Formigoni, del Pueblo de la Libertad (PDL), de Berlusconi, conservó la próspera región de Lombardía con un 56,1 por ciento de los sufragios, después de que su lista fuera readmitida días antes de la elección.
Con el líder de la LN, Umberto Bossi, proclamando la desaparición de la izquierda en el norte del país y el principio del federalismo en las regiones que controlen, la verdadera protagonista de los pasados comicios fue la abstención. Llegando a un porcentaje de participación de casi 8 puntos menos que en las últimas elecciones regionales de 2005, tan sólo un 63,6 por ciento del padrón se presentó a votar. Este es el nivel de participación más bajo en los últimos 15 años, según informó el ministro del Interior, Roberto Maroni, tras el cierre de las urnas.
En una pequeña localidad de Calabria, ubicada al sur del país, sólo un 2,8 por ciento del padrón votó, en protesta por “el abandono de las instituciones y los políticos”. Incluso Internet actuó como lugar de desahogo. “Dejar de votar es la única manera civilizada para protestar contra este sistema político y social. Vivimos en un país de oligarcas y saqueadores de lo público y lo privado”, escribió un lector en la página web del diario italiano Corriere della Sera, sumándose a la cantidad de mensajes publicados en el sitio que reflejaron la amargura y rabia de los ciudadanos contra la clase política del país.
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