En la noche de las primarias, las ganadoras fueron las candidatas mujeres. Precandidatos demócratas y republicanos de Estados Unidos enfrentaron la noche del martes con desigual suerte el creciente malestar público con la política y el gobierno en comicios internos para obtener un lugar en la boleta en las cruciales elecciones de mitad de mandato de noviembre próximo.

Con el presidente Barack Obama preocupado por el desastroso derrame de petróleo en el Golfo de México, 12 de los 50 estados del país votaron para elegir a los candidatos para los comicios que se celebrarán en cinco meses, en los que el oficialismo demócrata se juega el control del Congreso y varias gobernaciones. El voto castigo por la crisis económica y el alto desempleo fue la nota dominante en las internas ya realizadas este año en otros estados, con un gran rechazo a candidatos apoyados por los liderazgos de los grandes partidos y triunfos de dirigentes alternativos demócratas, republicanos o independientes.

Sin embargo, en la elección de mayor perfil, la senadora demócrata Blanche Lincoln, de Arkansas, sorteó el humor predominante y renovó su derecho a buscar la reelección al vencer a su retador y correligionario Bill Halter en segunda vuelta. Senadora de dos mandatos que contó con el apoyo de Obama y del ex presidente Bill Clinton, Lincoln superó a su rival por 51,9 por ciento a 48,1 por ciento, pese a una multimillonaria campaña en su contra de sindicatos y grupos ambientalistas y progresistas.

“Probamos que este voto no está en venta y tampoco lo están ustedes. Enfrentamos a los grupos que buscan manipular nuestros votos”, dijo Lincoln en su discurso de victoria. De todos modos, se espera que la senadora tenga una difícil parada ante su adversario republicano John Boozman en noviembre, cuando estarán en juego las 435 bancas de la Cámara de Representantes y un tercio de las 100 del Senado.

En California, dos ex empresarias ganaron con comodidad las internas republicanas para las elecciones de senador y gobernador. Meg Whitman, ex directora ejecutiva de eBay, se quedó con la candidatura a gobernadora, mientras que Carly Fiorina, ex directora ejecutiva de Hewlett-Pa-ckard, ganó la nominación para ser candidata a senadora. “Políticos de carrera de Washington, estén sobre aviso, ahora enfrentan su peor pesadilla: dos empresarias del mundo real que saben cómo crear empleos y hacer las cosas”, dijo Whitman a sus seguidores luego de felicitar a Fiorina.

En Nevada, la favorita del partido ultraconservador Tea Party ganó la nominación republicana para disputarle en noviembre la banca al líder del bloque demócrata en el Senado, Harry Reid. El establishment republicano había apoyado a la presidenta del Partido Republicano del estado, Sue Lowden, pero Sharon Angle le ganó claramente por 40 a 26 por ciento de los votos.

El movimiento Tea Party demostró su poder en algunas elecciones internas en estados de electorado poco numeroso donde viven algunos de sus activistas más comprometidos. Pero sigue siendo una incógnita si tendrá tanta fuerza en elecciones con electorado más amplio y diverso, donde jueguen un rol más importante candidatos moderados e independientes.

En Carolina del Sur, en tanto, se registró una dura pero inconclusa batalla por la candidatura republicana a gobernador. Nikki Haley, el candidato respaldado por la ex candidata a vicepresidenta Sarah Palin –una de las figuras más apoyadas por el Tea Party–, no pudo lograr el 50 por ciento de los votos y ahora deberá ir a una segunda vuelta contra su contrincante Gresham Barrett.