Sábado, 18 de septiembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › SEIS DETENIDOS EN LA VISITA DE BENEDICTO XVI A LONDRES
En su segundo día de visita en el Reino Unido, el Papa propuso un diálogo abierto de las religiones con respeto mutuo. También dijo que la Iglesia debe asegurarse de que los niños no sean víctimas de abusos sexuales en colegios católicos. Después se reunió con Thatcher.
Seis personas fueron detenidas hoy en Londres por su presunta implicación en planes para atacar al papa Benedicto XVI durante su actual visita al Reino Unido, informó la policía. Los sospechosos tienen entre 26 y 50 años y son de origen argelino.
Una unidad antiterrorista detuvo a cinco sospechosos por la mañana tras recibir anoche un aviso. Además, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo operativos en pisos en el norte y el este de Londres, donde no se encontraron armas o explosivos. Posteriormente fue arrestado un sexto hombre.
La policía londinense, en tanto, decidió no variar la ruta de la comitiva del Papa en la capital. Tampoco se incrementaron otras medidas de seguridad. Cuando el Papa estaba en camino para visitar al arzobispo anglicano de Canterbury, Scotland Yard interrogó a los cinco sospechosos, que trabajan todos en el barrio de Westminster. “Algunos son originarios de Argelia”, confirmó la policía londinense. No está claro si planeaban un atentado contra el Papa. No hubo disparos durante los arrestos. La policía revisó la ruta del Papa en Londres en busca de objetos sospechosos.
Benedicto XVI, en tanto, propuso al comienzo de su segundo día de visita en el Reino Unido un diálogo abierto de las religiones con respeto mutuo. “Los católicos en el Reino Unido y en todo el mundo trabajarán para tender puentes de amistad a otras religiones, así como para subsanar errores y heridas del pasado”, señaló ante altos representantes de otras religiones.
“Las personas de todas las religiones trabajarán juntas de forma efectiva por la paz y la comprensión mutua”, agregó.
El Papa fue informado del arresto de los sospechosos, pero no se intranquilizó, informó el Vaticano. “Tenemos plena confianza en la policía, no es necesario cambiar el programa –señaló el portavoz Federico Lombardi–. El Papa está feliz y tranquilo por este viaje.” Agregó que la situación no parece especialmente peligrosa y que fue más compleja en 1997, en el intento de atentar contra el papa Juan Pablo II en Sarajevo, cuando se hallaron minas antitanque bajo un puente.
Benedicto XVI habló más tarde relajadamente ante invitados del mundo de la política y la sociedad, entre otros varios ex primeros ministros. Margaret Thatcher, John Major, Tony Blair y Gordon Brown recibieron todos una invitación del Vaticano para asistir al Westminster Hall, un sector del Parlamento. Miles de británicos saludaron y vivaron al Papa a su paso, mientras algunos manifestaron su crítica al Vaticano por el escándalo de los abusos con gritos de “Vergüenza”.
En su largo discurso ante unos 2000 auditores, Benedicto XVI destacó a la fe como socio de una sociedad que se guía por la razón y reiteró su deseo de una acción ética en la política y la economía, también en la lucha contra el hambre y la pobreza. “Para los legisladores, la religión no es un problema que deba ser solucionado, sino un socio de diálogo extremadamente importante.”
El Papa dijo estar preocupado “porque la religión y especialmente el cristianismo sean cada vez más relegados en algunos sectores, también en países que dan gran importancia a la tolerancia”. Dijo además que algunos quieren callar la voz de la religión o limitarla a la esfera privada, en alusión a las corrientes ateas en el país.
Previamente, aludió a los abusos sexuales de menores por parte de religiosos católicos. “Debemos garantizar que nuestros colegios sean un lugar seguro para niños y jóvenes”, dijo Benedicto XVI durante un encuentro con maestros y religiosos de la Iglesia Católica en la capital británica. Esa responsabilidad es “lo mínimo que se puede esperar” frente a los padres que quieren dar a sus hijos una educación cristiana, agregó. Delante del centro universitario St. Mary’s University College, en la localidad londinense de Twickenham, protestaron varios críticos de la Iglesia Católica.
Tras su diálogo con el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, el Papa dijo que no hablaron sobre las dificultades que surgieron en el camino ecuménico en el pasado. Joseph Ratzinger destacó, al igual que Williams, la importancia de la cooperación de las iglesias en paz y armonía. Williams declaró que los obstáculos entre ambas iglesias probablemente no serán removidos con rapidez. El Papa también abogó por el derecho de todos a profesar libremente su religión en cualquier lugar del mundo y a celebrar actos religiosos. “Se trata de tener la libertad de obedecer a su propia conciencia sin que uno sea excluido o perseguido por ello”, apuntó.
Un rezo nocturno común junto al arzobispo anglicano de Canterbury en la abadía de Westminster puso fin al segundo día del Papa en Gran Bretaña. “Vengo como peregrino de Roma para rezar en la tumba del rey San Eduardo el Confesor y con usted por el regalo de la unidad de los cristianos”, afirmó Benedicto XVI.
En la fiesta ecuménica abogó por el testimonio conjunto de la fe y habló de los esfuerzos “para superar las divisiones del pasado y para enfrentar con esperanza los desafíos del futuro”.
La mayoría de los cristianos en Gran Bretaña pertenecen a la iglesia anglicana de Inglaterra. Los anglicanos se separaron del Vaticano en el siglo XVI, bajo el rey Enrique VIII. El Vaticano estimula el ingreso de los anglicanos a la Iglesia Católica. Tony Blair se convirtió en 2007 al catolicismo.
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