Sábado, 23 de octubre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › PROMETIó PONER FIN A LA PROTESTA EN NáPOLES
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró ayer que su gobierno pondrá fin en diez días al caos por las toneladas de basura sin recoger en Nápoles, debido a las protestas contra la instalación de un vertedero en esa ciudad sureña.
“Reemplazaremos a la compañía responsable de la recolección de basura de Terzigno por la Defensa Civil, y en diez días la situación en Nápoles y en los alrededores volverá a la normalidad”, prometió Berlusconi tras una reunión extraordinaria convocada por la crisis de la basura. La situación es especialmente dramática en la localidad de Terzigno, donde en los últimos días se registraron disturbios en protesta por las montañas de basura. Berlusconi prometió a las localidades afectadas 14 millones de euros como “compensación”.
El primer ministro descartó asimismo que la situación implique riesgos agudos para la salud. El ministro de Salud, Ferruccio Fazio, señaló por su parte que “no hay preocupación por la salud de la población”. Nápoles se encuentra convulsionada por las protestas contra la instalación de un nuevo basurero, con sus principales calles obstruidas y toneladas de basura sin levantar desde hace varios días, ya que las barricadas impiden el trabajo de los camiones recolectores.
Tras las protestas de ayer, las fuerzas del orden volvieron a enfrentarse durante la noche con un millar de manifestantes. Según la prensa, hubo varios heridos entre civiles y fuerzas del orden y al menos tres detenidos. Los manifestantes protestan contra el mal olor y los riesgos para su salud que pueden generar los residuos tóxicos de Terzigno, un vertedero que, según las autoridades, es necesario para tratar las montañas de basura que se producen en Nápoles cada día.
Durante años en Nápoles los intereses del crimen organizado han estado estrechamente ligados a la recogida de la basura, pero el problema se ha agravado por el oportunismo político y unas empresas basureras baratas y turbias. Berlusconi se vio obligado a buscar una solución urgente luego de que la Comisión Europea amenazara de manera velada a Italia con imponerle duras sanciones ante lo que considera la incapacidad del gobierno para gestionar eficazmente la crisis.
“Somos conscientes de que la situación es grave, es necesario que se respeten las directivas medioambientales de la UE”, comentó ayer Joe Hennon, portavoz del comisario de Medioambiente, Janez Potocnik. Los expertos al servicio del comisario analizarán si el plan de acción que el gobierno de la región de Campania, donde se encuentra Nápoles, entregó a Bruselas a principios de este mes son suficientes para gestionar la crisis. “De momento estamos analizando la enorme cantidad de documentos entregados por las autoridades italianas”, subrayó.
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