Domingo, 14 de noviembre de 2010 | Hoy
EL MUNDO › APROBO UNA TIBIA RESOLUCION POR MAYORIA LLAMANDO A NICARAGUA Y COSTA RICA AL DIALOGO
En una maratónica sesión de la Asamblea General en Washington, el consenso se rompió con una votación dividida. Managua rechazó el pedido de retiro de tropas que se aprobó sin su voto y anticipó que no negociará bajo presión.
El Consejo Permanente de la OEA logró aprobar en la madrugada de ayer una resolución que invita a Costa Rica y Nicaragua a iniciar de forma simultánea y sin dilación el diálogo para la resolución del conflicto limítrofe que enfrenta a ambos países desde hace casi un mes, pero no consiguió disminuir la tensión debido a que el gobierno nicaragüense expresó inmediatamente su rechazo.
La resolución, la primera en décadas que fue aprobada por mayoría de votos y no por consenso, exhortó a Nicaragua a que retire las tropas militares que instaló en la zona objeto del conflicto y pidió la instalación urgente de una comisión binacional para tratar el diferendo en el más breve plazo y con acompañamiento de la OEA.
La medida fue aprobada con 22 votos a favor, dos en contra (Nicaragua y Venezuela) y tres abstenciones (Bolivia, Ecuador y Guyana), al cabo de la sesión extraordinaria del Consejo Permanente que se había iniciado el jueves 4 y luego sufrió cuatro cuartos intermedios, hasta reanudarse por última vez en la tarde de anteayer. Paralelamente, el Consejo Permanente resolvió descartar por ahora la convocatoria a una reunión de consulta de los cancilleres de los países miembros de la OEA, tal como reclamaba Nicaragua.
La votación se produjo tras una inédita y más que acalorada discusión de más de ocho horas –parte en sesión abierta y por momentos a puertas cerradas– en la que se hizo necesario acudir frecuentemente al reglamento ante constantes impugnaciones y cuestionamientos sobre el procedimiento. Incluso, los representantes se enzarzaron en una prolongada discusión para decidir si votaban o no cerrar el debate para poder pasar a la votación de una propuesta de resolución –que provocó otra disputa e impugnaciones– y, finalmente, la segunda iniciativa de llevar el diferendo al nivel de los cancilleres.
“Estoy absolutamente perdida, pido preguntar qué es lo que vamos a votar”, dijo en un momento de la discusión la representante de Ecuador, María Isabel Salvador. La decisión fue finalmente adoptada tras una larga sesión que incluyó un receso para tratar de obtener consenso sobre lo que fuentes del organismo consideraron que era una propuesta salomónica que acogía las demandas de las dos partes: la instalación urgente de la comisión binacional, pedida por Nicaragua, y el retiro de las tropas de la zona en conflicto, reclamado por Costa Rica.
Precisamente el retiro de las tropas, a lo que se negó rotundamente Nicaragua, que rechazó cualquier negociación condicionada, endureció el debate y provocó lo que el representante colombiano, Luis Hoyos, definió como un “preocupante escalamiento de lenguaje y acciones que afectan la paz y la tranquilidad de toda la región”.
En un comunicado divulgado en San José, la Cancillería de Costa Rica celebró la resolución como un triunfo de la paz y el derecho. “Agradecemos el apoyo de la contundente mayoría de países miembros de la OEA y la decidida gestión del secretario general (José Miguel Insulza) en respaldo de sus derechos soberanos”, señala el texto.
Sin embargo, apenas terminó la sesión del Consejo Permanente, el representante nicaragüense, Dennis Moncada, advirtió a los periodistas presentes que, a juicio de su gobierno, la resolución aprobada no tiene validez e insistió en la postura de reclamar una reunión de cancilleres para revisar la situación y de no descartar incluso un encuentro de presidentes. Moncada no quiso adelantar si pese a su rechazo Nicaragua acatará la resolución, que es vinculante, pero insistió en que las tropas desplegadas siempre estuvieron en su territorio nacional.
Por su parte Insulza afirmó que no es un sacrificio demasiado grande lo que se le pide a Nicaragua y destacó que Costa Rica hizo una concesión muy importante al aceptar que la resolución no se refiera a su primera exigencia, que era que se declarara su soberanía sobre la zona.
El diferendo surgió a mediados de octubre pasado, cuando Nicaragua inició tareas de dragado del cauce de su río fronterizo San Juan y Costa Rica protestó por el lanzamiento de sedimentos, la tala de árboles y el presunto daño a un humedal como consecuencia de esos trabajos.
La semana pasada, Costa Rica denunció que tropas militares nicaragüenses habían acampado en su territorio, arriado la bandera costarricense e izado la de Nicaragua, y pidió la mediación de la OEA.
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