La afirmación de Julian Assange, ayer, en la Corte de que la extradición a Suecia es el primer paso hacia la pena de muerte en Estados Unidos puede haber parecido una táctica melodramática, pero todo indica que se están llevando a cabo medidas para acusarlo en Estados Unidos. La demanda de extradición presentada por Suecia contra el fundador de Wikileaks, por presuntos delitos sexuales, será examinada por la Justicia británica el 7 y 8 de febrero, confirmó ayer un juez durante una audiencia relámpago en un tribunal de Londres.

La última señal de que una investigación del departamento de Justicia de Estados Unidos está tomando fuerza fue una citación exigiendo un detalle de la cuenta Twitter de Assange y de otras personas asociadas con Wikileaks. El objetivo, se cree, es establecer que Assange conspiró con el soldado Bradley Manning para reunir y filtrar cientos de miles de cables clasificados del departamento de Estado de Estados Unidos.

De acuerdo con la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos sería sumamente difícil condenar exitosamente a Assange si fuera solo el receptor de información de Manning. Las posibilidades de una condena mejorarían significativamente si se logra probar que él solicitó las filtraciones. Robert Feldman, un abogado estadounidense especialista en casos de seguridad, dijo después de la audiencia de ayer en la Corte de Woolwich Crown: “Los investigadores federales están preparados para esperar y ver lo que sucede con la extradición sueca. Hay informes fidedignos de que un gran jurado ha sido convocado y cualquier cargo que puedan presentar puede ser sellado. Assange tendrá esto colgando sobre su cabeza si pelea para quedarse fuera de Suecia”.

Las batallas legales de Assange también se cobraron su parte en el sitio web que él creó. En las últimas semanas el número de filtraciones que difunde el sitio se redujo en medio de numerosos ataques por Internet, dificultades financieras y la amenaza de una condena. Cuando antes las donaciones al sitio web se gastaban contratando personal y espacio de servidores, gran parte ahora va para la defensa legal de Assange.

Sin embargo, Kristinn Hrafnsson, un periodista de Islandia y vocero de Wikileaks, insistió en que el sitio web operará nuevamente con o sin su fundador y prometió emprender acción legal contra las empresas como Amazon, Visa, MasterCard y PayPal que se negaron a negociar con Wikileaks. Assange dijo ayer que las filtraciones ahora aumentarían e insinuó que estaba trabajando con nuevos socios: “Estamos aumentando nuestras publicaciones sobre temas relacionados con Cablegate y otros materiales. Eso sucederá dentro de poco tiempo, a través de nuestros periódicos socios en el mundo y algunas organizaciones de derechos humanos”.

Si Wikileaks continuará, será decidido una vez que sea revelada la gran filtración. El mes pasado Assange afirmó que estaba planeando dar a conocer filtraciones de un banco clave de Estados Unidos en el año nuevo. La identidad del banco no fue revelada, pero en una entrevista de 2009 dijo que estaba en posesión de un disco duro de 5 gigabytes que pertenecía a un alto ejecutivo del Bank of America.

Los abogados de Assange agotarán todos los recursos para evitar su extradición a Suecia, a cuya fiscalía acusan de “abuso de derecho” y de conducta “ilegal y/o corrupta” por no divulgar toda la documentación sobre el caso y rechazar las reiteradas ofertas para interrogarlo, según un esbozo de los argumentos que presentarán durante el proceso.

En un documento publicado ayer, la defensa alega también que en caso de extradición existe un riesgo real de que Assange termine detenido en Guantánamo o expuesto a la pena de muerte en Estados Unidos.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.