El partido de gobierno se quedó sin candidatura presidencial para las elecciones de abril de 2011. Un reflejo de la crisis que vive el oficialismo, golpeado por sucesivos escándalos de corrupción y la baja popularidad del gobierno del presidente Alan García, que tiene cerca de 70 por ciento de desaprobación. En medio de una dura disputa pública con el congresista y secretario general del oficialista partido aprista, Jorge del Castillo, y cuando las encuestas le daban apenas entre el tres y el cinco por ciento, la candidata del oficialismo, Mercedes Aráoz, decidió salirse de la carrera electoral. Como la decisión de Aráoz llegó después de cerrado el plazo de inscripción de las candidaturas presidenciales, el partido de gobierno ya no tiene la opción de reemplazarla y tendrá que correr en las próximas elecciones solamente con listas parlamentarias.

El presidente García y los dirigentes del APRA se enteraron que se habían quedado sin candidata presidencial a través de la televisión. Mercedes Aráoz –una economista de 49 años que viene de la tecnocracia neoliberal y que no es militante del partido aprista pero fue ministra de Comercio Exterior, de Producción y de Economía en el gobierno de García– anunció su renuncia durante una entrevista en un programa televisivo en la noche del último domingo. Culpó por esta decisión al secretario general del APRA y su insistencia en postular al Congreso a Del Castillo, ex primer ministro de García y figura emblemática de la corrupción gubernamental, quien tiene abierto un proceso penal por corrupción en la fiscalía. Minutos antes de su renuncia, una convención del partido aprista había ratificado, en unas cuestionadas elecciones con lista única y un ausentismo que superó el 90 por ciento, la candidatura de su secretario general Jorge del Castillo como cabeza de la lista parlamentaria por Lima. Aráoz dimitió por televisión sin hablar antes con el presidente García. El APRA se ha dividido entre quienes apoyan a su ex candidata presidencial y los que respaldan a su secretario general.

Mercedes Aráoz convirtió su disputa pública con Jorge del Castillo en un intento por levantar su candidatura distanciándose de la imagen de corrupción que afecta al partido de gobierno, pero el poderoso dirigente aprista pudo más y la candidatura de Aráoz, debilitada en las encuestas, terminó de morir prematuramente. Aráoz, preocupada más por cómo la afectaba aparecer ligada a la mala imagen pública de Jorge del Castillo que por la corrupción, hizo cuestión de Estado con su veto a Del Castillo, pero no se hizo problemas en aceptar a otros candidatos apristas que también tienen graves cuestionamientos por corrupción. “No quiero pensar que soy una excusa y que las encuestas son la verdadera razón de esa decisión (la renuncia de Aráoz)”, respondió Del Castillo, luego de conocida la renuncia de Aráoz y las razones que dio la ahora ex candidata presidencial.

El presidente García ha lamentado la renuncia de Aráoz y se ha apresurado a decir que su designación como candidata fue decidida por los dirigentes de su partido y que él se había opuesto a esa decisión. “Siempre les dije a los compañeros apristas que yo era favorable en escoger a un candidato que sea del partido”, aseguró García, que reveló que le había advertido a Aráoz lo difícil que era tratar con los dirigentes de su formación. Y contó una infidencia que deja muy mal parados a los dirigentes del APRA: “En una reunión (con la dirigencia del APRA) dije que levante la mano quien tenga el coraje de ser candidato presidencial, y nadie la levantó”.

Ningún dirigente aprista habría querido asumir la candidatura presidencial convencidos de una derrota segura ante el cerca de 70 por ciento de desaprobación del gobierno. García no puede postular en estas elecciones porque la ley peruana prohíbe la reelección presidencial inmediata, pero ya ha hecho pública su intención de regresar a la presidencia el año 2016. “A Mercedes Aráoz no le iba bien en las encuestas y no era garantía de nada para el APRA, pero con su renuncia la situación es todavía peor para el partido aprista. Es muy difícil que una lista al Congreso que compita sin un candidato a la presidencia tenga un buen resultado. El partido aprista (fundado en 1924) atraviesa por la situación de mayor debilidad en toda su historia. El APRA corre el riesgo de quedarse sin representación en el próximo Congreso o tener una representación parlamentaria muy reducida”, le señaló a Página/12 Carlos Reyna, politólogo y catedrático de la Universidad Católica. “Esta situación –agrega Reyna– complica las aspiraciones de Alan García para volver a la presidencia el 2016, porque si no tiene una representación parlamentaria importante no habrá quién defienda su gobierno y queda expuesto a que en el próximo Congreso se apruebe una acusación constitucional en su contra por alguno de los muchos escándalos de corrupción de este gobierno.”