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Un barco pesquero procedente de Libia con unos 300 refugiados a bordo, la mayor parte de Somalia, Eritrea y Costa de Marfil, zozobró en la madrugada de ayer a causa de una fuerte tormenta, entre Malta y Lampedusa, dejando hasta 250 muertos. Hasta ahora se ha podido rescatar con vida a 51 personas que fueron trasladadas a la isla italiana de Lampedusa, donde reciben asistencia médica.

Los equipos de rescate recuperaron además 20 cadáveres. Se teme que hayan muerto unas 250 personas. Entre los desaparecidos había también una gran cantidad de mujeres y niños. Algunos de los sobrevivientes “están siendo tratados de hipotermia después de pasar horas en el agua fría”, indicó el portavoz de la guardia costera italiana, Pietro Carosia. Además están en estado de shock. Muchos vieron morir ahogados a familiares y amigos sin poder hacer nada para evitarlo.

En la operación de búsqueda de sobrevivientes, a unos 40 kilómetros de la costa de Lampedusa, participan tres naves motorizadas, un avión y un helicóptero de Italia, así como un avión maltés. Sin embargo, una marejada con olas de tres metros de altura y fuertes vientos del Noroeste dificultan la búsqueda. Las autoridades sostienen que la probabilidad de rescatar a más personas con vida es ínfima.

De acuerdo con la vocera para Italia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Laura Boldrini, los sobrevivientes indicaron que su barco zarpó de Sabratha, en el noroeste de Libia, el domingo. “Esta nueva tragedia pone de manifiesto que es necesaria una mejor coordinación entre los barcos en el Mediterráneo y los efectivos de la OTAN para poder salvar vidas humanas”, sostuvo Boldrini.

En las últimas semanas llegaron a la pequeña isla italiana unos 22.000 emigrantes de Túnez. El ministro del Interior italiano, Roberto Marino, acordó el martes en Túnez el refuerzo de la vigilancia en la costa del país norafricano para frenar el éxodo de emigrantes rumbo a Italia. Italia pidió muchas veces ayuda a sus socios en la UE para solucionar el problema.