Jueves, 7 de abril de 2011 | Hoy
EL MUNDO › PESE AL APOYO OCCIDENTAL, LA REBELIóN LIBIA RETROCEDE
Por Kim Sengupta *
Desde Ajdabiya
El general Abdel Fattah Younes fue mordaz en su condena de la OTAN. “Nos han desilusionado. La OTAN se ha convertido en nuestro problema. O bien la OTAN hace su trabajo correctamente o le pediremos al Consejo de Seguridad que suspenda su accionar.” Eso ocurrió el martes por la noche, durante una conferencia de prensa en Benghazi. Por su parte, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, insistió también en que el líder libio Muammar Khadafi debe “abandonar el poder y Libia”, en respuesta a la carta que éste le envió al presidente Barack Obama.
El general Younes estaba en una de sus raras visitas a la línea del frente, escoltado por guardias de seguridad occidentales, cuando sus comentarios causaron un gran revuelo. Al jefe de las fuerzas rebeldes aparentemente no le gusta viajar a través de áreas peligrosas sin su recientemente adquirido equipo de protección.
La relación entre los aliados en la guerra civil libia actualmente es difícil. El gobierno de la oposición acusa a sus patrocinadores estadounidenses y europeos de no hacer lo suficiente, pero la evidencia en el terreno sugiere que los rebeldes hacen muy poco contra las fuerzas de Muammar Khadafi si no es con la ayuda de la coalición internacional.
Detrás de las recriminaciones por la actuación de la coalición está el hecho de que la administración de la oposición de Libia está en sí misma profundamente dividida y comprometida en peleas internas que involucran a sus referentes más importantes. El general Younes ha buscado hacerse cargo de las funciones del comando nacional como alguien que está dispuesto a resistir a los poderosos Estados internacionales. Pero el hombre que se refería al coronel Khadafi como su amigo personal y fue su ministro de Interior es visto con desconfianza por gran parte del movimiento de protesta. El general Younes se ha visto involucrado en una lucha poderosa, que en un momento parecía haber ganado, contra Khalifa Heftar, quien había cortado sus vínculos con el régimen anteriormente y hace poco regresó de los Estados Unidos. El ex general se convirtió en la cabeza del ejército rebelde por, afirmó, “el deseo popular”, mientras que sus críticos sostienen que se autonominó.
Después de las desastrosas actuaciones de los combatientes rebeldes, que siguieron perdiendo terreno a pesar de los ataques aéreos occidentales que destruyeron gran parte de la artillería y blindados del régimen en el frente oriental, una reunión por la crisis llevada a cabo en la capital rebelde, Benghazi, terminó en acusaciones e insultos. Al final de la acalorada reunión, el general Heftar supuestamente fue removido de su puesto. Pero, aparentemente se negó a irse y continúa en su cargo, según él, llevando a cabo sus muy ocasionales visitas al cambiante frente de batalla.
De acuerdo con los oficiales, hay muy poca relación entre el general Younes y el general Heftar, este último diciendo que se reporta directamente a Omar al Hariri, el ministro de Defensa de los rebeldes. Sin embargo, se dice que Al Hariri, un ex prisionero político, tiene pocos conocimientos de asuntos militares y, dicen los oficiales, es ignorado en gran medida por ambos jefes del ejército rebelde. La falta de una cadena de mandos y coordinación fue clara ayer, aun cuando el general Younes estaba haciendo su gira en un camión japonés con los guardias occidentales siguiéndole de cerca en otro vehículo.
Suleiman Jawad, un ex artillero, involucrado en una lucha perdida para mantener el Shabaab, algunos con armas improvisadas, otros desarmados, reconoció que no sabía quién era el comandante. “Hay unos pocos aquí que pueden luchar, pero el resto difunde el pánico y estorba. Y además no hay nadie a cargo, ¿qué podemos hacer?”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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