EL MUNDO › IRAK DICE QUE “ESTUDIARA” LA DESTRUCCION DE MISILES PROHIBIDOS
El Sr. Hussein no tiene ningún apuro
La ONU le dio tiempo a Bagdad hasta el sábado para que destruya los misiles Al Samud. Pero Irak aún no accedió en una semana en la que Estados Unidos presentará ante el Consejo de Seguridad una segunda resolución que diga que Irak “no colabora con el desarme”.
A George Bush le gusta decir “a Irak se le acaba el tiempo”. Con la ONU mediante, parece ser así. El jefe de inspectores de Naciones Unidas en Irak, Hans Blix, que ya le había puesto al gobierno iraquí para que destruya a más tardar el sábado que viene los misiles Al Samud 2 (cuyo alcance es mayor al permitido), reconoció que Irak “no tiene credibilidad” y abrió un resquicio para las intenciones norteamericanas de sumar aliados dentro del Consejo de Seguridad para que queden aislados (y convertirlos en abstenciones) los posibles vetos de Francia, Rusia o China a un documento que habilite la acción militar norteamericana. En todo caso, Irak respondió que está “estudiando” la respuesta a la exigencia de Blix. Mientras tanto, el secretario de Estado norteamericano Colin Powell finalizará hoy una gira por Asia en China, país con poder de veto. Y Turquía sigue dando señales de que dará luz verde, mañana, a la entrada de tropas norteamericanas para el ataque por el norte contra Irak.
La controversia entre dos aliados como Estados Unidos y Turquía había nacido la semana pasada cuando el segundo se quiso asegurar que el primero le diera una compensación financiera por su colaboración en la guerra, quizá pensando en el papel en que quedó Pakistán luego de la guerra en Afganistán. Washington hizo su oferta y los turcos parecen estar cediendo. “Todavía no hay un acuerdo final entre Estados Unidos y Turquía, pero creo que estamos muy cerca”, dijo el embajador turco en Estados Unidos, Faruk Logoglu. Mañana se reunirá el Parlamento turco para analizar el permiso a los norteamericanos para el paso de tropas y el uso de las bases de Estados Unidos en su territorio.
Si esto ocurre, el dispositivo militar estaría casi completo (faltarían sólo 40.000 de los 250.000 efectivos necesarios para la operación, según el Pentágono), por lo que los esfuerzos de Estados Unidos se dirigen ahora a lo diplomático. Powell finalizará hoy la gira por Asia para analizar la situación con Corea del Norte y ayer analizó en Pekín con dirigentes chinos los términos de la resolución que Estados Unidos piensa presentar esta semana, quizá mañana, ante el Consejo de Seguridad. “Hemos llegado a ese punto en el que deben producirse las consecuencias serias”, declaró Powell. Según lo dicho por George Bush, la cuestión sería dejar en claro que Irak no tiene voluntad de desarmarse y valerse de esto, sin mención de amenaza militar alguna, para lanzar la ofensiva en los términos de “consecuencias serias” que figura en la primera resolución.
Estados Unidos quiere presentar un documento muy pulido y poco amenazador para no provocar el veto de Francia, China y Rusia, y al mismo tiempo está tratando de presionar a seis miembros no permanentes del Consejo de Seguridad (Angola, Guinea, Camerún, Chile, México y Pakistán) para que se sumen a Washington y aíslen los planes fundamentalmente franceses de continuación de las inspecciones. Ayer Powell también llamó a su colega sirio, Faruk Al Shara, para intentar que su país cambie de posición, aunque es muy difícil que lo haga.
Paradójicamente, hoy por hoy parece ser el propio Irak el que le puede despejar algún camino a Estados Unidos en el Consejo de Seguridad. Si Saddam Hussein no accede a destruir los misiles Al Samud, le dará a Estados Unidos la ocasión de denunciarlo como un violador flagrante de las disposiciones de la ONU. Por ahora, todo está en veremos. “Estamos estudiando seriamente el mensaje de Blix y queremos encontrar una solución a las intenciones maléficas de Bush”, declaró ayer el director general del organismo de control del desarme iraquí, general Hosam Mohamed Amín. En este sentido, el ministro de Defensa español, Federico Trillo, presionó ayer a Francia sobre la supuesta falta de colaboración iraquí. “Francia está viendo realizados sus objetivos sobre la inspección y por tanto no habrá ningún motivo para que no se sume a ese nuevo consenso cuando Irak no colabore”, declaró. Bush estudió con el jefe de gobierno español, José María Aznar, los términos de la resolución en el rancho de Crawford (Texas). En Irán, cerca de medio millón de soldados están en alerta roja en previsión de un eventual ataque estadounidense contra Irak, según fuentes oficiales. En Kuala Lumpur (Malasia), los ministros de Relaciones Exteriores de los 114 países del Movimiento de los No Alineados (MNA) adoptaron un proyecto de resolución en el que rechazan una intervención militar unilateral de Estados Unidos contra Irak y reiteran el “papel central” de la ONU para resolver la crisis. Hoy, ese papel lo tiene Irak.