EL MUNDO › TANQUES DEL RéGIMEN ENTRARON A REPRIMIR EN LA CIUDAD DE HAMA EN LA VíSPERA DEL AYUNO MUSULMáN

Siria mata a civiles en un bastión rebelde

El balance de la incursión militar dejó según diferentes fuentes entre 95 y 136 muertos y decenas de heridos. Las potencias europeas y EE.UU. pidieron el cese de la violencia y una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.

Una ofensiva del ejército en Hama, ciudad rebelde ubicada en el centro de Siria, se transformó en una de las jornadas más sangrientas desde que se iniciara la revuelta contra el régimen. El balance de esa incursión militar, según diferentes fuentes, habría arrojado entre 95 y 136 muertos y decenas de heridos. Sucedió en la víspera del Ramadán, ayuno que dura un mes.

“Un centenar de civiles murieron este domingo por los disparos de las fuerzas de seguridad que acompañan al ejército en su entrada por la fuerza en la ciudad de Hama”, declaró Abdel Karim Rihaui, presidente de la Liga Siria de Defensa de los Derechos Humanos (LSDDH). Cinco personas murieron en Homs (centro) cuando los habitantes de esa ciudad se manifestaban en la calle en apoyo a los opositores de Hama. Rihaui añadió que en la provincia de Idleb, al noroeste, hubo otros tres muertos. Ammar Qurabi, presidente de la Organización Nacional de Derechos Humanos, señaló que diecinueve personas fallecieron en Deir Ezzor (este), seis en Harak (sur) y una más en Bukamal (este).

Rami Abdel Rahmán, jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con base en Londres, confirmó otros dos muertos en Surán, cerca de Hama, lo que elevaría el número total de fallecidos a 136. “Es uno de los días más sangrientos desde el inicio de la revuelta del 15 de marzo”, dijo Rahman. Para el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, “semejante acción contra los civiles que se manifiestan en masa y pacíficamente durante varias semanas no tiene ninguna justificación” y estos ataques “son aún más chocantes porque han ocurrido en la víspera del Ramadán”.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Guido Westerwelle, exigió al presidente sirio, Bashar al Asad, que ponga fin inmediatamente a la violencia contra los manifestantes pacíficos y lo amenazó con nuevas sanciones europeas. El canciller francés, Alain Juppé, calificó los ataques de inaceptables, le pidió al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que haga frente a sus responsabilidades y aseguró que los responsables políticos, militares y de seguridad sirios deben ser conscientes, ahora más que nunca, de que deberán rendir cuentas por sus actos.

Entretanto, el agregado de prensa de la embajada norteamericana en Siria, J. J. Harder, señaló que esta vasta ofensiva representa un acto desesperado del régimen, que se encuentra envuelto en una guerra total contra su propio pueblo. “Baño de sangre en Siria”, denunciaron opositores al régimen en el sitio web Syrian Revolution 2011, motor de las protestas. Asimismo, convocaron a nuevas manifestaciones de represalia a la salida de las mezquitas tras el Tarawih (oraciones nocturnas durante el Ramadán), que comenzaron ayer por la noche.

Desde que el 15 de marzo se inició la revuelta contra el régimen del presidente Al Asad, la represión ya dejó al menos 2000 muertos, entre ellos más de 1600 civiles, según datos consignados por varias ONG. Testigos en Hama aseguraron que el ejército entró en la ciudad en las primeras horas de ayer. También informaron sobre la presencia de tanques y otros vehículos blindados en la ciudad.

La agencia oficial Sana, que responsabiliza de la revuelta a bandas armadas, anunció que dos militares fueron asesinados por grupos armados en Hama, se incendiaron puestos de policía y se ubicaron barricadas en las calles. La agencia también dijo que un testigo no identificado en Hama denunció que decenas de hombres organizados en bandas armadas están actualmente apostados en los tejados de los principales edificios de la ciudad y aterrorizan a la población disparando sin cesar.

Desde hace varias semanas, el gobierno sirio intenta someter a esa ciudad rebelde, situada 210 kilómetros al norte de Damasco, donde se multiplicaron varias manifestaciones contra el régimen del presidente Bashar al Asad. El viernes se realizó una marcha que reunió a más de 500 mil personas. A partir de la represión de 1982 hacia la revuelta del movimiento prohibido de los Hermanos Musulmanes, que se expresaba contra el presidente Hafez al Asad –padre del actual presidente–, Hama se convirtió en un bastión de la lucha contra el régimen sirio. Esa acción armada dejó un saldo de 200 mil muertos.

Esta vez los militantes temen una fuerte represión en Deir Ezzor, ciudad ubicada junto a la orilla del río Eufrates, recostada en una región petrolera convertida en un importante epicentro de la revuelta. El viernes se manifestaron 50 mil personas contra el régimen. Francotiradores apostados en los tejados causaron ayer 19 muertos, según la Liga Siria de Derechos Humanos. En la región de Damasco, el ejército también llevó a cabo un ataque en la ciudad de Muadhamiya y se han cerrado los accesos a la ciudad.

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Testigos en Hama aseguraron que el ejército entró en la ciudad en las primeras horas de ayer.
 
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