Naciones Unidas se excedió en su aplicación de la resolución 1973 en Libia, y Rusia no quiere un escenario similar en Siria. El presidente Dimitri Medvedev dijo que algo así sería inaceptable. “Hay problemas en Siria, estamos al tanto de ello, como el uso desproporcionado de fuerza y la elevada cifra de muertes. Pero no queremos que pase lo mismo que en Libia”, aseguró el presidente ayer. Medvedev dijo que habló personalmente con su par sirio, Bashir al Assad, y que le transmitió su preocupación por los enfrentamientos entre el gobierno y los manifestantes. Ayer murieron 16 personas según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos en otra jornada de protestas.

“Allí las cosas no son blanco o negro. Los activistas antigobierno no persiguen refinados modelos de democracia europeos. Hay distintos grupos dentro de la oposición. Algunos son extremistas y hasta me atrevería a decir, terroristas”, acusó el ruso. Medvedev explicó que la posición de su país será tomar en cuenta el balance de fuerzas e intereses. “Rusia podrá apoyar algunas resoluciones, pero no las que castiguen sólo a Siria y Al Assad. Rusia siempre fue su amigo y ambos países tienen lazos políticos y económicos, por eso seguiremos buscando soluciones.”

El mandatario pidió que las partes del conflicto se sienten a la mesa de negociaciones y que comiencen las charlas para detener el derramamiento de sangre. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, 16 personas murieron ayer en la marcha del “Viernes de la Protección Internacional”.

Las protestas de ayer exigían la caída del régimen sirio y protección internacional, como la presencia de organismos internacionales que medien para evitar un mayor derramamiento de sangre.